Muere Gurley Brown, editora de «Cosmopolitan»
Inventó la «chica cosmo» y gracias a su trabajo la revista pasó de vender 80.000 a 2,5 millones de ejemplares
Muere Gurley Brown, editora de «Cosmopolitan»
La hija de unos palurdos fue quien inventó las modernas revistas femeninas . Helen Gurley Brown, que nació en Arkansas en 1922 y murió el pasado lunes a los 90 años en Nueva York, fue la editora de «Cosmopolitan» de 1965 ... a 1997, periodo durante el que la publicación pasó de los 80.000 a 2,5 millones de ejemplares. Antes, su marido la había animado a escribir sobre sus años de soltera. «Sex and the Single Girls» (1962), en el que aconsejaba a las mujeres ser independientes y disfrutar del sexo sin necesidad de casarse, se convirtió en una sensación en EE.UU. Vendió dos millones de ejemplares en tres semanas y sirvió para que la abuchearan y para que la jalearan pero, sobre todo, para colocarla en el mapa y en la revista de Hearts.
Hoy puede resultar chocante hablar de feminismo y de «Cosmopolitan» en la misma frase, pero en los 60 era otro cantar. Helen Gurley Brown (HGB), que trabajó en publicidad, es la perfecta mezcla de los personajes femeninos de «Mad Men» . Es la emprendedora Peggy, es la atractiva Joan y también es la delgaducha Betty (antes de que Betty engordara). De hecho, Matthew Weiner, el creador de «Mad Men», ha reconocido que tanto «Sex and the single girl» como «Mística de la feminidad» (1963), de Betty Friedman le influyeron a la hora de armar la serie y los personajes femeninos. Por supuesto, «Sexo en Nueva York», aunque solo fuera por el título, también debe mucho a Helen.
El feminismo ha tenido encontronazos con la editora de «Cosmo» (hasta cuando defendió la cirugía plástica), aunque Gloria Steinem siempre la ha considerado una pionera. Sin embargo, B etty Friedan , otra legendaria feminista, creía que «Cosmo» era un horror: «Fomenta la idea de que una mujer no es otra cosa que un objeto sexual». En realidad, HGB fue más allá y convirtió en objetos sexuales a los hombres .
En 1972, después de pedírselo ella personalmente en un descanso de «The tonight show», donde coincidieron, colocó desnudo en el póster central a un peludo Burt Reynolds (cuatro años antes de que, en España, el futbolista Migueli posara para «Interviú»). También es verdad que Betty Friedman reconoció que en su papel de editora, HGB había sido audaz y un ejemplo en la revolución femenina. En «Las chicas malas van a todos sitios», la biografía escrita por Jennifer Scanlon, ésta dice que Brown era una feminista aun cuando el movimiento no la reconocía como tal.
Revolucionaria
HGB, siempre provocativa, se metió en algún lío con la corrección política y, al igual que Camile Pagli , se rió del acoso sexual. Defendió a Clarence Thomas , designado en 1991 para juez del Tribunal Supremo y denunciado por Anita Hill . Según HGB, un poco de tensión sexual en el trabajo no hacía daño a nadie. En el fondo, aunque recomendara disfrutar del sexo o aconsejara extender semen por la cara como mascarilla, HGB era una señora muy decente, fiel a su marido durante 35 años y una trabajadora inagotable que ni bebía ni fumaba ni casi comía (quizá una patata frita en 1974, como Patsy de «Absolutamente fabulosas», que también es la editura de una revista).
Un día, una panda de feministas lideradas por Kate Millet invadió las oficinas de «Cosmo». Por «las políticas reaccionarias de la revista». Esas chicas estaban de acuerdo con Dave Barry : «A juzgar por las portadas de las revistas femeninas, los dos temas que más interesan a las mujeres son: ¿Por qué los hombres son unos cerso repugnantes?, y ¿Qué hacer para atraerlos?», Brown inició eso.
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