Suscribete a
ABC Premium

Las incoherencias e incógnitas que arroja la renuncia de Meghan Markle y el Príncipe Harry

Pretenden mantener la casa en Windsor que les cedió la Reina, los títulos, la seguridad y gran parte de su asignación económica

Gustavo Valiente
Ana Mellado

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No solo se trata del fondo, sino también de las formas. Una cosa es renunciar a las obligaciones reales (no tanto a los derechos) y querer alejarse de The Firm y otra irse dando un portazo, de malas maneras y sin avisar. «Renuncia si quieres, ... pero desairar a la Reina es imperdonable», rezaba el titular de la columna de Benedict Spence en «The Daily Telegraph». Ese es el pesar general de buena parte del pueblo británico y la posición que defiende con más o menos vehemencia la prensa. «El deseo de alejarse de la vida real es comprensible, pero su anuncio fue prematuro y petulante» decía el editorial de «The Times», quien subrayaba el malestar de la Reina Isabel II por no haber sido informada. Que con 93 años y 67 en el trono, uno tenga que enterarse por televisión de que su nieto da un paso atrás y se apea de sus funciones escuece cuanto menos. Ayer mantuvieron una conversación teléfonica a cuatro; la Reina desde Sandringham, el Príncipe Carlos desde Escocia y Harry y Guillermo desde Londres. El «Megxit» -como ya lo han bautizado los medios ingleses- arroja además algunas incongruencias que se desprenden de su comunicado.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia