Del escándalo del Príncipe Andrés al «Megxit»: el «annus horribilis» de Isabel II

La avanzada edad de la Reina, sumado al contagio del Príncipe Carlos , su hijo, ya recuperado, ha preocupado mucho a su entorno, una complicada situación que se suma a un año que si bien trajo consigo la feliz noticia del nacimiento de su bisnieto Archie , se ha caracterizado por ser especialmente complicado para la monarca.

La relación de amistad del Príncipe Andrés , hijo pequeño de la Reina, con el pedófico Jeffrey Epstein , que fue encontrado sin vida el pasado verano en la celda de máxima seguridad en la prisión de Nueva York en la que cumplía condena, terminó provocando la retirada del Duque de York de la vida pública. En un intento por tratar de limpiar su imagen, concedió una entrevista retransmitida por la cadena BBC, conducida por la periodista Emily Maitlis , que consiguió poner a la opinión pública definitivamente en su contra.

«No me acuerdo para nada haberme reunido con esa señora, absolutamente nada», dijo cuando se le preguntó sobre Virginia Giuffre , la mujer que le acusa de abuso sexual cuando esta tenía tan solo 17 años. Su popularidad cayó en picado y finalmente decidió alejarse de la vida pública para no seguir perjudicando a su familia. A día de hoy, el exmarido de Sarah Ferguson ha sido acusado por el FBI de no colaborar en las investigaciones pertinentes sobre Epstein.

Tras la «retirada» del Príncipe Andrés llegaba una no tan esperada pero aún más polémica. Meghan Markle y el Príncipe Harry ya habían hecho saltar las alarmas el pasado verano tras sincerarse sobre su vida en el documental «Harry & Meghan: An African Journey». En él hablaron abiertamente sobre cómo les estaba afectando la presión mediática y su decisión de tomarse un respiro de unas semanas para alejarse de los focos.

Este sería solo el precedente del anuncio que los Sussex hicieron a principios del mes de enero de 2020, en el que comunicaban unilateralmente su decisión de dejar de ser miembros senior de la Familia Real británica, trabajar para ser financieramente independientes y vivir entre América del Norte -primero fue Canadá y ahora están instalados en Los Ángeles- y el Reino Unido.

Isabel II , que se habría enterado de la noticia a través de los medios y terceras personas, pues con ellos solo se había puesto el tema sobre la mesa, tras su disgusto inicial, decide convocar un gabinete de crisis en el que se estableció un periodo de transición para el matrimonio. Esta retirada se hizo oficial el pasado 1 de abril, y la monarca ha sido muy clara al respecto: nada de seguir vinculados comercialmente tampoco con la realeza. Los Sussex han tenido que dejar atrás su marca millonaria Sussex Royal y reinventarse en su nueva vida lejos de la Corona.

Cuando parecía que la monarca ya respiraba tranquila tras resolver la última crisis de los Windsor, volvió a estallar la polémica. Esta vez de la mano de su nieto mayor, Peter Phillips , de 42 años. Hijo de la Princesa Ana y de su primer marido, Mark Phillips , que apareció en un anuncio de la televisión china promocionando la leche de la marca británica Jersey Fresh Milk. Phillips aparece en la sala de un palacio bebiendo un vaso de leche que le da un sirviente y abajo aparece el texto «Peter Phillips, miembro de la Familia Real británica».

Con apenas una semana de diferencia, el pasado mes de febrero se conocían las separaciones del propio Peter Phillips y la canadiense Autumn Kelly , y la de David Armstrong-Jones , hijo de la Princesa Margarita , hermana de la monarca, y la que ha sido su pareja durante los últimos 25 años, Serena Armstrong-Jones .