Carlos Parra, un conocido del diestro
De origen belga, el vecino de Castilblanco de los Arroyos deja una viuda y dos hijos
Carlos Parra Castillo habría cumplido, el próximo 20 de junio, 49 años. La vida comenzaba a sonreírle pues, tras algo más de un año, había dejado de engrosar esa terrorífica cifra de cinco millones de parados. Había encontrado un trabajo en Sevilla capital, ... en un hotel. Anteriormente se dedicaba a la albañilería, aunque en los últimos tiempos ya no ejercía.
Parra tenía que desplazarse desde su pueblo, Castilblanco de los Arroyos , una bellísima localidad de la Sierra Norte sevillana en cuyo término municipal se encuentra «Yerbabuena», la finca de José Ortega Cano. Pero el destino quiso que ambos (que ya se conocían) se encontraran en la noche del 28 de mayo. Él iba para Sevilla y el torero para Castilblanco. En el kilómetro 28 de la A-8002 se consumó la tragedia.
Carlos Parra, aunque vecino de esta localidad, había nacido en Bélgica, a donde sus padres emigraron en busca de una vida mejor. Pero él, con el paso de los años, regresó al lugar donde estaban sus raíces. No lo hizo, como se ha dicho, por la muerte de su madre, pues ha sido ésta quien ha enterrado a su hijo.
Apodado «El Belga», se casó con Manoli y tuvo dos hijos, Sarah y Samuel , ya prácticamente veinteañeros. Su familia ha estado vinculada al Partido Comunista de Castilblanco, si bien él no estuvo en el Ayuntamiento.Su hija Sarah, en las últimas elecciones municipales concurrió como cuarta suplente de Izquierda Unida-Nueva Izquierda-Verde Andaluza, pero no llegó a ser elegida.
Carlos era una persona conocida en la localidad y, a decir de todos, se hacía querer. Por eso su muerte ha causado una tremenda consternación. El Ayuntamiento decretó tres días de luto. La familia directa, por el momento calla y espera. Otros, no tan directos, ya han anunciado que van a denunciar al torero.
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