La abdicación de Eduardo VIII al trono británico fue resultado de una conspiración
La abdicación de Eduardo VIII del trono de Inglaterra fue resultado de una conspiración del "establishment" británico, según un documental de la BBC de próxima exhibición, cuyos autores se han apoyado
La abdicación de Eduardo VIII del trono de Inglaterra fue resultado de una conspiración del "establishment" británico, según un documental de la BBC de próxima exhibición, cuyos autores se han apoyado en documentos oficiales.
El Gobierno, la Iglesia Anglicana y miembros de la Familia Real ... estaban en secreto encantados por el "affaire" (relación) del monarca británico con la divorciada estadounidense Wallis Simpson, según ese documental, cuyo contenido adelanta hoy el diario Daily Express.
Lejos de considerarlo una catástrofe que podía poner en peligro el futuro de la monarquía, aquella relación ofreció al "establishment" (clase dirigente) un excelente pretexto para liberar a la nación de un monarca considerado inapropiado para el trono, según el autor del documental.
El sonado "affaire" les permitió supuestamente urdir una trama para denigrar al Rey y a la señora Simpson, señala el rotativo.
Según el periódico, el documental desmentirá también las acusaciones según las cuales Eduardo VIII, que adquirió el título de Duque de Windsor tras abdicar, simpatizaba con los nazis.
El documental de la BBC, titulado Abdicación, se difundirá con motivo del 70 aniversario de aquel hecho histórico, ocurrido en diciembre de 1936.
La película se basa en cientos de documentos hechos públicos en el año 2003 por la Oficina de Registros Públicos, incluidas minutas de las reuniones del Gobierno y correspondencia cruzada entre el entonces primer ministro, Stanley Baldwin, y miembros de la Familia Real.
"Lo que queda claro es hasta qué punto el Estado quería desembarazarse en cualquier caso de Eduardo y cómo su relación con Wallis Simpson les ofreció en bandeja esa posibilidad", según el autor del documental, Denys Blakeway. "Todo el mundo consideraba a Eduardo VIII totalmente inadecuado para ocupar el trono, y su 'affaire' con Simpson fue visto entonces como una prueba más de sus defectos de carácter", señala el cineasta.
"Afición excesiva a las mujeres"
Eduardo era aborrecido por su afición excesiva a las mujeres, su modernidad, su desapego de la tradición e incluso su forma de vestir, explica Blakeway, según el cual era "un personaje que no pegaba nada en aquel entorno".
Eduardo VIII ha sido considerado desde hace mucho tiempo como el más pro nazi de la Familia Real británica, y al año siguiente de su abdicación, hizo con Wallis Simpson una muy sonada visita a Alemania durante la cual la pareja gozó de la hospitalidad de Hitler y sus ministros Hermann Goering y Joseph Goebbels.
Goebbels, ministro de Propaganda de Hitler, escribió en su diario: "Es una vergüenza que no sea ya rey. Con él habríamos podido llegar a una alianza".
Algunos elementos del Gobierno de Londres sospechaban incluso que la duquesa de Windsor era una agente nazi.
Sin embargo, según Blakeway, hay más motivos para argumentar que su sucesor, Jorge VI e Isabel, la Reina Madre, eran partidarios de una política de "apaciguamiento" frente a Hitler.
Eduardo hizo un viaje muy mal aconsejado a Alemania y fue cortejado allí por los nazis, pero no hay pruebas sólidas de que fuese partidario de Hitler.
"De lo que no hay duda es de que hubo una conspiración por parte del "establishment" para librarse de él. El director del diario 'The Times', el arzobispo de Canterbury, el Primer Ministro y el secretario privado del Rey participaron todos ellos en una reunión previa a la abdicación para canalizar los acontecimientos en el sentido deseado", explica el realizador del documental.
La crisis estalló al anunciarse la intención del rey de casarse con Wallis Simpson, una mujer dos veces divorciada en la que muchos veían a una cazafortunas.
Como cabeza de la Iglesia Anglicana, el Rey no podía contraer matrimonio con una divorciada mientras su ex marido siguiese vivo.
El Gobierno de Baldwin se negó a aceptar un compromiso por el que ella se convertiría en simple consorte, argumentando que el pueblo británico no lo aceptaría.
Eduardo se negó a separarse de su amada y el 10 de diciembre de 1936, tras menos de un año en el trono, abdicó en favor de su hermano, Jorge VI, padre de la actual soberana, Isabel II.
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