La esperada reaparición en sociedad de Alfonso Diez

Tras la apertura oficial del establecimiento, en la que estarán presentes cincuenta vip, habrá un cóctel para 700 invitados en el parque Madison, lugar al que se accederá a pie, pues se encuentra a escasos 150 metros de la tienda.

Entre el ruido de flashes y la búsqueda de autógrafos se encontrará un invitado que lleva muchos meses absolutamente ausente del ruido mediático, Alfonso Diez, el duque viudo de Alba , que se prepara para vivir una jornada muy diferente a todo lo que ha experimentado en este largo tiempo de ausencia.

Lo cierto es que, desde que falleció Cayetana Alba en la Casa de las Dueñas (Sevilla) , el 20 de noviembre de 2014, la vida de su viudo apenas es sombra de lo que fue junto a su llorada esposa. Sin resolver aún el asunto de la herencia de la duquesa, Alfonso ha optado por dar un perfil muy bajo y evitar cualquier tipo de polémica o situación incómoda.

Con los hijos de Cayetana apenas ya tiene contacto. Un par de comidas con Cayetano Martínez de Irujo y poco más. Este verano, no ha sido diferente. Aunque el jinete le invitó a pasar unos días en su casa de San Sebastián, Alfonso ha preferido viajar con unos amigos íntimos a Venecia y rematar agosto en su casa de Sanlúcar de Barrameda , que acaba de estrenar junto al matrimonio de servicio que le ha acompañado.

Tan sólo ha pasado cuatro días en la costa gaditana, lo justo para tomar contacto y sin acudir a los numerosos actos sociales que se celebraban en la zona. De la misma manera que ha rechazado participar como tertuliano en una cadena radiofónica, donde incluso le ofrecían una importante cifra por su colaboración (por hablar de cine, dado que es un gran entendido en la materia), también ha dejado arrinconado el proyecto de escribir un libro sobre su vida junto a la duquesa. Ni quiere titulares ni busca protagonismo.

Lo que sí intenta es mantener una vida tranquila y cerca de los amigos que tanto le ayudaron durante su matrimonio con Cayetana, y que hoy se han convertido en más que apoyos y confidentes. Son, como dice él, la mejor herencia que su mujer le ha dejado y en ese grupo se encuentran desde los médicos que atendieron tantas veces a la duquesa –siempre por pura amistad y sin recibir nada a cambio–, los doctores Trujillo o Muniain, hasta Curro Romero y Carmen Tello, Diego Miranda y Teresa Pickman, Marta Talegón y su marido Pedro Álvarez o la familia Colonques y José Pesudo, de Porcelanosa. Precisamente por esos lazos de amistad que no sólo no se han perdido, sino que mantiene igual de vivos, es por lo que el viudo se saltará su buscado silencio para acompañarles en Nueva York a esta velada que promete llenar las páginas de «¡Hola!», que es donde se publicará la exclusiva.

Pero la presencia de Alfonso será puntual y única. Tras el viaje donde, como buen cinéfilo, se dará el gusto de conocer a Gere y Sarah Jessica, a su vuelta a España continuará en su línea de discreción en espera hasta saber qué pasa el próximo mes de noviembre , que es el plazo que fijado para que se ejecute la herencia .

Se supone que como viudo tiene derecho a un porcentaje del tercio de lo que dejó Cayetana fuera de la Fundación y en donde figuran importantes obras de arte cuyo valor es superior al que en un principio se pensó. Una vez solucione ese delicado tema, tal vez Alfonso se replantee muchas cosas en su vida y deje de anular invitaciones. Incluso, puede que cambie de opinión ante algunas ofertas que ya ha recibido.