Dani Martín: «Cantar con Sabina y Serrat es como comerse un tripi»

-Presenta un disco y un DVD grabados en directo en el Palacio de los Deportes, ¿cómo recuerda las grabaciones?

-Como dos noches llenas de ilusión y de cosas que no entendía. Primero, llenar dos Palacios de los Deportes después de quince años cantando, después de separarme de mi banda es un camino artesanal y hecho desde mi persona . Yo decidí: «Vamos al Palacio de los Deportes». Me dio un poco de vértigo cuando saqué la primera fecha porque pensaba que no lo íbamos a llenar y se agotó en un mes. Toda la gente que estaba a mi alrededor me decía: «¿Por qué no haces otro día? Quedan siete meses hasta el concierto». Llegaron los días y lo recuerdo como una montaña rusa, llena de sensaciones. Es una devolución que me da la vida porque soy alguien trabajador, exigente y constante. Me lo merecía y lo disfruté mucho.

–¿Estaba más nervioso que en otras ocasiones?

–Sí. Siempre que tocas en Madrid vienen tus amigos y te pone más nervioso que si tocas una noche fuera y no viene nadie de tu entorno a verte. Pero tengo la suerte de estar rodeado de un equipo de gente que me ha emocionado mucho. Ha sido el proyecto más fácil de mi vida porque todos estaban contentos y eso es raro. Es raro que entre 42 personas trabajando un año entero no surjan roces.

–¿Cómo consiguen esa armonía?

–Es muy fácil. Cuando tú tratas a la gente de la manera que merece, cuando pagas a la gente, cuando le das el lugar que merece a cada uno... Cuando las cosas son de verdad pasan este tipo de cosas.

–Hablaba antes de su separación de su banda, ¿cree que el público le ha terminado de separar de «El canto del loco»?

–Espero que no lo hagan nunca porque no me quiero separar de «El Canto del Loco». Es una parte de mi vida. El canto del loco me lo inventé yo hace quince años. Lo que sí es que hay muchas canciones con las que no me siento identificado a día de hoy, y me parece absurdo tocarlas.

-¿Por ejemplo?

–Por ejemplo «zapatillas», «la madre de José». Son canciones de un momento y a día de hoy no me siento diciendo: «Quiero entrar en tu garito con zapatillas»

–¿Pero se arrepiente de haberla cantado?

–No me arrepiento de nada, tenía 25 años. Yo creo que es precioso vivir el momento que te toca vivir, sería falso si cantara «la madre de José me está volviendo loco». Prefiero cantar otras como «Ya nada volverá a ser como antes». Canciones que son más acordes con el momento que me toca vivir.

-¿En qué han cambiado sus letras?

-Antes tenía 25 años y ahora tengo 37, si con esta edad sigo escribiendo como a los 25 tenemos un problema.

-¿Dónde encuentra la inspiración?

- La vida es maravillosa y me gusta llenarme de cosas, vivir cosas diferentes, salir de tu lugar de confort, hacerte un viaje. La montaña rusa de la vida es la mejor musa para escribir y para mí es hasta una terapia tener cosas que me pasan dentro, sacarlas y hacerlas en forma de canción.

–Volviendo al concierto del Palacio de los Deportes, cuando se ve en el escenario con Alejandro Sanz, Sabina, Serrat, ¿qué piensa?

-Es como si te hubieras comido un tripi, es una movida que no tiene sentido. Mi madre oía a Serrat y yo tenía seis años. ¿Qué hago cantando con Serrat en un escenario? No tiene sentido. Y de pronto te pasa y es él el que se ofreció a cantar en mi concierto. Fue como no entender nada de lo que estaba sucediendo ahí. Esas cosas pasan yo no pensé que iba a cantar con ellos nunca.

-¿Impone?

-Cuando estas ahí yo lo disfruto, pero antes impone y da mucho respeto porque es una gente con un bagaje y con un recorrido… pero sobre todo que mi madre me ponía Serrat desde que nací. Lo que más me gustó es que estaban allí porque les apetecía estar

-En Wikipedia hay una seccion que habla sobre su vida amorosa, y salen sus novias, ¿cómo lo lleva?

-¿ Tampoco han sido tantas , no? Estamos en un momento en el que se le da un protagonismo a ciertas cosas que sinceramente me asombran. Me asombra que se le pueda dedicar tantas horas a quién se acuesta con quién. Pero quiero pensar que la gente que me quiere no mira esas cosas…Sinceramente me da igual

-Dice que no se considera una estrella pero seguro que tiene muchas seguidoras que responden a la definición de «groupie».

-Sí, pero también tengo gastroenteritis, diarreas, mocos, me hago la comida, voy al gimnasio, lloro, tengo fiebre, me sensibilizo con cosas… Creo que a veces es el tercer ojo el que coloca al artista en una posición de estrella que lo que realmente somos. Los artistas somos las personas más inseguras del mundo, las personas con más necesidad de cariño y de muchas cosas entonces yo creo que es más una idealización desde fuera que lo que realmente somos.