La heredera rusa que sacó lustre a la isla de Skorpios
Katia Rybolovleva, hija de uno de los hombres más ricos de Rusia, está recuperando el encanto del islote de los Onassis. Lo ha bendecido bajo el rito ortodoxo y acaba de celebrar allí su 25 cumpleaños
BEGOÑA CASTIELLA
Es rubia, multimillonaria y acaba de cumplir 25 años. Se trata de Ekaterina Rybolovleva, primogénita del poderoso oligarca ruso Dmitry Rybolovlev (47). Katia, como la llama su familia, es la nueva propietaria de Skorpios, la mítica isla de los Onassis en el Mar Jónico. Amiga ... de Athina Roussel, la nieta y única heredera de Aristóteles, con la que la une su afición por la hípica, se enamoró del refugio del armador cuando navegaba por estas bonitas aguas.
Skorpias ha pasado a ser su propiedad el verano pasado, aunque los detalles de la transacción son confidenciales (se dice que pagó 117 millones de euros por ella). Fuentes cercanas a la familia afirman a ABC que un «trust» que representa los intereses de Katia compró un grupo de compañías que pertenecían a Athina Onassis, entre las que se encuentran Skorpios. Lo que sí se sabe es que, tras un año de trabajos, los edificios y jardines de la isla han sido renovados para la fiesta de cumpleaños de Katia, el pasado mes de junio. Y todo está a punto para las vacaciones veraniegas de la familia. La heredera rusa está muy interesada en mejorar la propiedad utilizando tecnologías «respetuosa del medio ambiente».
Nuevos vecinos
Los 20.000 habitantes de la vecina isla de Lefkada están de enhorabuena: una nueva familia con el padre en la lista de los 150 hombres más ricos del planeta (según la revista «Forbes» posee casi 9.000 millones de euros) ha vuelto al antiguo patio de juegos de los Onassis. Athina la abandonó hace años, olvidándose de que fue bautizada allí en el verano de 1985 y que su abuelo, su tío, Alejandro, y su madre, Cristina, están enterrados en su frondoso bosque.
En época de Onassis más de 300 personas vivían de Skorpios de forma directa o indirecta. Katia tiene con su padre una fundación que se dedica a hacer donaciones y pidió a los 100 invitados a su cumpleaños que en vez de regalos entregaran dinero que se destinará a una organización local que ayuda a niños con necesidades especiales y otras instituciones que se ocupan de la infancia. «Katia eligió celebrar su cumpleaños en Grecia porque valora Grecia y a los griegos. Se siente muy próxima al país y a su pueblo, y eso la llevó a pedir a sus invitados que donaran dinero para ayudar a los griegos», explicó un portavoz de la familia.
Y en Lefkada se empiezan a recibir regalos de los Rybolovlev: para los guardacostas en Nidrí (el pueblo mas cercano a Skorpios) una lancha Motomarine Superonda (70.000 euros) y para el hospital de la isla, una ambulancia último modelo (85.000 euros) perfectamente equipada (otros 35.000 euros), sin olvidar un camión para la municipalidad. Más donaciones habrá, porque las autoridades locales se tratan directamente con Dmitry y Katia. El año pasado los rusos organizaron una sencilla bendición ortodoxa de la isla, que fue oficiada por el Obispo Theófilos Manolatos. El alcalde de Lefcada y el de Meganísi llegaron en helicóptero. Un detalle que no pasó desapercibido.
La testaferro del oligarca
Cuando Onassis compró las dos islitas, en 1962, por el equivalente a 12.000 euros, solo tenían rocas, cabras y unos pocos olivos. El armador se ocupó de crear nuevas playas de arena blanca, así como de plantar frondosos bosques. También trajo agua corriente (pagando la instalación de su bolsillo y favoreciendo así de paso a una gran parte de la cercana isla que no tenía agua potable). Ahora, sus nuevos dueños rusos han restaurado los edificios y los jardines. Lo único nuevo será un establo para los caballos de Katia y, según declaró ella misma, un «mini» campo de fútbol para su padre. Los medios griegos han destacado también que Dmitry Rybolovlev se ha entrevistado a finales de junio con el primer ministro griego, Andónis Samarás, y no excluyen que efectúe inversiones en el país.
El padre de Katia es un conocido filántropo y ahora presidente del club atlético AS de Mónaco. Nacido en Perm, una ciudad de los Urales, médico de profesión, su fortuna proviene del potasio y de los fertilizantes siberianos. Casado muy joven con una compañera de estudios, Elena, tras crear su fortuna fue condenado a varios años de cárcel acusado de asesinato. Tras ser declarado inocente, se mudó con su familia (Elena y dos hijas: la bella Katia y Anna, que tiene ahora 13 años) a Suiza. Finalmente Elena se quedó a vivir allí con Anna y Dmitry cambió su residencia a Montecarlo, donde le acompaña su hija mayor cuando no está estudiando o entrenando para sus competiciones hípicas.
El millonario ruso es un hombre discreto que intenta controlar la información que existe sobre su persona, aunque ha visto como el complejo y costoso divorcio de su mujer se ha convertido en un mito. Lo acusan de utilizar a su hija Katia como testaferro. Él ha puesto a nombre de su hija una lista interminable de propiedades: casas en Palm Beach y Hawai y un piso de 88 millones de dólares en Nueva York. Pero nada de esto importa a los griegos y mucho menos a los habitantes de la isla de Lefkada: Skorpios recupera su magia y crea una nueva fuente de trabajo en tiempos de crisis.
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