Un tatuaje es para toda la vida, igual que el recuerdo de un perro. Eso debió pensar Miley Cyrus el pasado fin de semana, cuando terminó una fiesta en una tienda de tatuajes para inmortalizar en su piel la cara de Floyd, una de sus ... mascotas. Sin embargo, puede que su decisión de tatuarse no fuera fruto de meses pensando en ello, sino de un arrebato del momento ya que, según publica el «Daily Mail», Cyrus fumó marihuana con sus amigos antes de hacerlo.
La cantante publicó varias instantáneas en su cuenta de Instagram en las que aparecía con el tatuador. La estrella del «Wreking Ball» y su corte de amigos decidieron hacerse el mismo dibujo, en el que un perro dice: «With a little help from my friends». Sin embargo, lo más curioso de todo es que Cyrus ha afirmado que se ha hecho el tatuaje con el consentimiento de su perro, que murió el pasado mes de abril tras ser atacado por un coyote.
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