testimonio
Un invitado al té en el Palacio de Buckingham cuenta su increíble experiencia
«Me sorprendió mucho lo menuda que era la Reina. La verdad es que no te das cuenta cuando la ves en la televisión», recuerda Chris Daffy, uno de los afortunados asistentes
Un invitado al té en el Palacio de Buckingham cuenta su increíble experiencia
Chris Daffy y su mujer han contado con la oportunidad de vivir una experiencia inolvidable: tomarse el té en el Palacio de Buckingham, tal y como hace la monarquía británica. Tuvo la suerte de ser invitado a la fiesta de los jardines del palacio de Buckingham ... donde asegura que vivió «una experiencia genial que guardará como recuerdo para siempre».
Estas fiestas se han estado celebrando desde 1860. Antes había solo dos al año pero tuvieron tanto éxito que comenzaron a celebrarse tres al año desde 1950. Según cuenta Chris Daffy, la experiencia estaba extremadamente bien organizada y «los profesionales del servicio y la hostelería podrían aprender mucho de como se hacen las cosas allí».
La primera cosa que sorprendió a a Chris Daffy fue había cerca de 8.000 invitados, muchísima gente. «Yo pensaba que me encontraría solo con los Windsors y los Daffys ». Una fiesta de este calibre debe presentar desafíos de lógica y seguridad, sin embargo «todo iba rodado, como una máquina bien engrasada», considera Daffy.
Las invitaciones llegaron desde la oficina de Lord Chamberlain. «Primero te tientan con una "pre-invitación" para comprobar si estás disponible». Si respondes positivamente más tarde recibirán la invitación oficial.
El día en que se celebra la fiesta el Palacio se vacía de turistas y se hace sitio para los invitados, que esperan a que las puertas se abran. Son personas que vienen de lugares muy distintos, todos ellos son reconocidos por su contribución al servicio público. En el caso de Chris Duffy, se le reconocía su trabajo durante 15 años como voluntario en «The Prince's Trust», una asociación de caridad del Reino Unido. «Me encontré con varios párrocos, personas de las Fuerzas Armadas, alcaldes y otros funcionarios públicos que llegaban desde el mundo de la sanidad pública, la Caridad o los Negocios», relata Chris Duffy.
Una vez dentro, los invitados esperaron en un patio y más tarde pasaron al jardín trasero. «Los jardines son enormes, tienen como 14 acres en total. Hay una terraza muy grande con vistas a él y más allá un lago rodeado por bosques y jardines. Alrededor se colocan las mesas y las sillas. Hay cerca de 27.000 copas de té, 20.000 sandwiches y 20.000 pasteles y helados, todos servidos por cerca de 400 camareros alegres y serviciales.
Cuando llega la Familia Real a la primera puerta suena el Himno Nacional , entonces se dividen en dos hileras de personas que se paran a charlar con la gente que encuentran en el camino . «Normalmente son gente que ha sido preseleccionada», explica Chris Daffy. Esta ceremonia dura aproximadamente 45 minutos. Luego todos tomamos el té, ellos lo toman el té en un área reservada y más tarde regresan al interior formando las mismas dos hileras de gente.
«Me sorprendió mucho lo menuda que era la Reina. La verdad es que no te das cuenta cuando la ves en la televisión, pero mide poco más de metro sesenta. Eso me recuerda al típico dicho, «los mejores perfumes vienen en frascos pequeños», explica Daffy emocionado.
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