¿Hillary Clinton oculta sus problemas de salud para llegar a la Casa Blanca?

El nuevo libro de Klein, titulado «Blood Feud: The Clintons vs. the Obamas» (Feudo de sangre: Los Clinton versus los Obama), revela que los problemas de salud de la ex primera dama y ex secretaria de Estado de los Estados Unidos son más graves de lo esperado y que la propia Clinton los estaría ocultando para no torpedear su camino hacia la presidencia.

Según las investigaciones realizadas por Klein, la política de 66 años ha sufrido más desmayos de los que han trascendido en la prensa y sería propensa a tener coágulos que, a su vez, podrían desencadenar una apoplejía. El susto que vivió Clinton en diciembre del año pasado , cuando tuvo que ser ingresada de urgencia en un hospital de Nueva York, confirmaría la seriedad y delicadeza de su estado de salud.

«Los médicos tienen que controlarla por el resto de su vida», afirma el autor del libro, que antes de dedicarse a escribir «best-sellers» trabajó como editor de la revista «Newsweek» y fue jefe del prestigioso semanal del «New York Times». Klein también descubre que Clinton no se desmayó en su casa, como informó su marido, Bill Clinton, sino en su oficina en el Departamento de Estado.

Esa noche de diciembre, la aspirante a la Casa Blanca padeció una trombosis entre el cerebro y el cráneo. «El coágulo podría haberse transformado en un derrame», explica un especialista en el libro de Klein. El tipo de enfermedad que padece Clinton se puede agravar cuando el paciente realiza largos viajes en avión o cuando permanece durante muchas horas sentado en un mismo sitio.

Lo cierto es que el incidente del año pasado no fue el primero para la ex primera dama. En 2005 sufrió un desmayo mientras daba un discurso en Buffalo y en 2009 también se desvaneció mientras subía a su avión en una visita a Yemen. En aquella ocasión la caída le provocó una fractura de codo.

Klein siembra muchas dudas en torno a la presidenciable señora Clinton. Dudas que ella prefiere no explicar. Pero su biógrafo tampoco está libre de sospechas. Klein ha sido acusado de cometer «serios errores» y de «distorsionar declaraciones» en algunos de sus anteriores libros. Esa es la mejor carta de la ex secretaria de Estado para despejar su camino y continuar una andadura que podría llevarle a convertirse en la primera mujer presidente de Estados Unidos.