Pantoja: «Estoy pagando por mis errores»
Su abogada asegura que está mejor y sus íntimos, que la condena no mermará su economía. Pero a Isabel se le puede complicar el futuro. La angustia continúa
Pantoja: «Estoy pagando por mis errores»
Hasta que la sentencia no sea firme, Isabel Pantoja ni es culpable ni está obligada a pagar los 1.147.000 de euros que le reclama la Justicia tras el fallo de la Audiencia Provincial de Málaga. Graciela Otondo y José Ángel Galán, sus abogados, ... ya han anunciado que recurrirán dicha sentencia por la que se le condena a 24 meses de cárcel (un día más, y entraría en prisión) por blanqueo de capitales. Y es que insisten en que su cliente es inocente y así lo quieren hacer ver ante el Tribunal Supremo, como ya han anunciado. «Pedimos la libre absolución de Isabel», proclaman los letrados.
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Podrían pasar hasta dos años para que esta sentencia sea firme y, en este plazo de tiempo, Isabel probablemente ganará no sólo el millón largo de euros que le reclaman sino muchísimo más. Después de la trágica salida del juzgado de Málaga, donde fue vapuleada por muchos sin que nadie ahora dé la cara, la artista trata de recuperar la serenidad entre sus familiares y sus incondicionales en su finca, «Cantora». Allí no han faltado sus abogados ni su íntimo amigo, Juan Antonio, el mismo que se subió al capó del coche el pasado martes, a la salida de la Audiencia de Marbella, para salvarla de las garras del gentío. También está a su lado su fiel Charo, la mujer que saltó al interior del vehículo para comprobar su estado y darle su medicación.
Donde más duele
Isabel sabe que levanta pasiones y por eso se ha atrincherado en su refugio, donde este fin de semana se verá con su hija Chábeli, que está internada en un colegio en Cádiz. También su primogénito, Kiko Rivera, permanece a su lado tras conocer la sentencia; además, trata de convencerla de que pese a la ruptura con Jessica Bueno, la relación de ambos será fluida y cordial, y ella podrá tener a su nieto cuando quiera. A Isabel le ha dolido especialmente esta ruptura.
Pero por buena que sea la relación, está claro que la distancia es el olvido. Y eso bien lo sabe una mujer que ahora repite que se enamoró (por Julián Muñoz) de la persona no adecuada. «Estoy pagando las consecuencias de mi error», repite entre los suyos, los mismos que años atrás se enfrentaron a Julián y que por ello perdieron la amistad con Isabel. Sin embargo, regresaron «a casa» una vez que la cantante se dio cuenta de que no podía permanecer ni un día más a su lado.
Sin perder la coquetería
«Isabel se está recuperando. Va mejor. Ahora sabe a lo que atenerse, y eso siempre relaja más que la incertidumbre de no saber qué va a ser de tu vida», comenta la letrada Graciela Otondo. En estos últimos meses, la artista ha adelgazado de forma alarmante y es que, tal y como conté en su día, se alimenta únicamente a base de batidos para tener los nutrientes necesarios, ya que tiene el estómago cerrado a causa de los nervios. Apenas puede conciliar el sueño, salvo que tome algún fármaco. Lo más llamativo es que, viendo su rostro, no parece que esté perjudicada en exceso, pero eso responde a que, por duro que sea el trance, una de las pocas cosas que Isabel Pantoja no ha perdido es la coquetería. Con frecuencia acude al centro de belleza que tiene en Málaga el ya mencionado Juan Antonio, donde se pone vitaminas en el rostro, relleno en los labios y algún retoque facial, suficiente para que el sufrimiento no se le note en exceso.
Para pena de los agoreros que aseguraban que esta sentencia supondría el final de la carrera artística de la Pantoja, lo cierto es que no pueden estar más equivocados. De momento, porque las entradas de sus dos próximos conciertos, el 5 de mayo en el Benidorm Palace (de 50 a 55 euros la entrada) y el 21 de junio en el Nuevo Auditorio Fibes de Sevilla (desde 35 euros), se están agotando. Dispuesta a darlo todo, la tonadillera va a aceptar las ofertas que ya está recibiendo. Además, espera que se le devuelva el pasaporte y se levanten las medidas cautelares que le obligan a pedir permiso para salir de España, con el fin de salir de gira por América. Teniendo en cuenta que su caché en la actualidad ronda los 80.000 euros (eran 100.000 antes de la crisis), de aquí a que haya sentencia firme habrá tenido tiempo para hacer buena caja, y eso sin contar las exclusivas millonarias que podría cobrar de las revistas o las televisiones. Por ello, en su entorno se duda de que tenga necesidad de deshacerse de alguna de sus propiedades: la finca «Cantora», cuya propiedad comparte con su hijo Kiko; el chalet de La Moraleja, sus apartamentos en Estepona y en Sevilla, que en la actualidad tiene en alquiler, y una casa en Marbella, «La Pera».
El Ayuntamiento de Marbella, que es la acusación particular en este caso, no va a recurrir la sentencia. Pese a todo, una sombra se ciñe sobre su horizonte: si la Fiscalía sí recurre (pedía para ella tres años y medio de prisión, así como a una multa 3,6 millones de euros), y gana, podría acabar en prisión. Si en los próximos días (tiene hasta el martes) presenta este recurso, habría comenzado la peor de sus pesadillas
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