Cómo cuidar las plantas durante el verano

Y es que, al igual que las personas o los animales, las plantas también cambian y adaptan sus necesidades según la estación del año. En primavera, los días comienzan a ser más largos y las temperaturas empiezan a subir, y es en ese momento cuando, según Natalia Sáez , arquitecta y profesional de la jardinería y el paisajismo, en el que se debe comenzar a tener un cuidado especial con la luz que reciben nuestros vegetales en el caso de estar cerca de ventanas.

La escasez de luz en casa no tiene por qué suponer un impedimento para crear un pequeño oasis aún viviendo en una ciudad. Según informa Cristina Nisal , arquitecta y paisajista, hay especies como los helechos, heucheras, acantos y aralias que se adaptan muy bien a estas condiciones, y pueden ser una gran alternativa para terrazas en las que no incide demasiado el sol.

Cambiar de localización las plantas puede ser una buena opción para evitar que se sequen más de la cuenta, quemen o debiliten. En el caso de estar cerca de una ventana , alejarlas puede ser una opción, incluso podría ser recomendable cambiarlas de lugar y sacarlas a la terraza, ya que el riesgo de heladas es mucho menor. Según Interflora , con más de 65 años de experiencia, se debe tener especial cuidado con aquellas plantas que tienen hojas de color dorado , ya que podrían quemarse más fácilmente al tener menos clorofila.

La subida de las temperaturas puede hacer que las plantas necesiten más agua de la habitual o se debiliten. Es por esto que es muy importante estar muy atento a las señales que nos pueden mandar y que evidencian la falta de agua. Según Interflora, una de las mejores técnicas de riego es el método de 'inmersión' , que consiste en colocar la planta en un recipiente de agua durante unos minutos y, posteriormente, retirarla para que drene. El tamaño de la maceta también influye: si es más pequeña, habrá que regarla más a menudo, mientras que al ser más grande, la planta es capaz de conservar durante más tiempo la humedad.

El momento del día en el que se debe regar la planta tampoco es casual. Para que luzcan lo mejor posible y se mantengan sanas, es preferible regarlas a primera y última hora del día, lo que permitirá que la tierra se conserve húmeda más tiempo. Además de esto, la marca aconseja pulverizar las hojas en los días secos y calurosos, incluso limpiarlas con una esponja empapada en agua templada tras retirar flores marchistas y hojas secas. Esto permitirá que la planta crezca con más fuerza.

El uso de fertilizantes y abonos también es necesario. El momento de hacerlo suele ser primavera y verano, aunque es posible encontrar casos en los que sea otoño e invierno. Para los más principiantes, es imprescindible explicar que en la naturaleza, los nutrientes y minerales que buscan las plantas mediante sus raíces se renuevan de forma orgánica gracias a insectos y la composición del suelo, pero en una maceta esto no ocurre, por lo que es necesario proveerlas de esas sustancias con fertilizantes. Según puntualiza Sáez, es importante conocer el tipo de planta y sus necesidades, ya que no todos los fertilizantes son iguales ni contienen las mismas cantidades de cada mineral, por lo que es muy importante seguir las instrucciones de cada uno de ellos.

En cuanto al control de plagas , las condiciones del verano son el caldo cultivo para su aparición. Es imposible controlar todos los parámetros que pueden hacer que surja este problema, pero sí es importante comprobar a menudo el estado de las hojas y los tallos de forma minuciosa, ya que cuanto antes se detecte el problema, más fácil será solucionarlo. Además de productos para combatir las plagas como los insecticidas o el jabón potásico , existen productos como el aceite de neem que las previene, aunque es importante tener en cuenta sus inconvenientes: no es infalible, desprende un fuerte olor y mancha las hojas, aunque también destaca por no ser tóxico para las personas ni mascotas. Además de esto, Interflora aconseja «evitar dejar 'platos' en la base de la planta con agua», ya que estancada crea bacterias, y dejar que la tierra o sustrato llegue a secarse por completo antes del siguiente riego.