Salen a la luz los secretos culinarios de los Windsor

Carolyn Robb, excocinera de Carlos de Inglaterra, publica un libro con las claves del fogón real

Salen a la luz los secretos culinarios de los Windsor afp

luis ventoso

Carolyn Robb , hija de un sudafricano y una inglesa, fue la cocinera del Príncipe de Gales de 1989 al 2000 y la persona que tomó improvisadamente la foto que formalizó en la prensa de todo el mundo la relación de ... Carlos y Camila Parker Bowles (por la que a toro pasado quería dinero, pero Palacio le ha contestado que se sobreentendía que allí no había derechos de autor ).

Desde los fogones vivió el divorcio de Carlos y Diana de Gales y la muerte de la Princesa: «Aquella noche les di de cenar a los niños y no sabía qué decirles. Quería abrazarles, pero no me atreví. Preferí dejarles su espacio ». Llegó al Palacio de Kensington cuando Guillermo tenía 7 años y Enrique 4 . Fue fichada por Diana y Carlos en una cena en casa de los Duques de Gloucester. Les gustó tanto su comida que le lanzaron una opa .

La cocinera revela que en todo el tiempo que trabajó para la realeza jamás empleó el ajo , ingrediente que de hecho venía a estar vetado : «Ellos son muy conscientes de que tienen que estar en público y en la proximidad de otras personas», explica, en un comentario que trae a la mente a aquellas c élebres meditaciones madrileñas de Victoria Beckham sobre el olor a ajo .

Robb es amante de la cocina tradicional inglesa . Tras dejar a la Familia Real por las grandes exigencias de tiempo del empleo, trabajó en Dubái y luego montó su propia empresa de catering . Es miembro de la Academia Británica de Artes Culinarias , lo cual tal vez sea un oxímoron, porque arte culinario y británico casi nunca casan. Cuenta que la realeza era de buen saque . Diana comía sobre todo ensaladas y le gustaba el cordero; también dice que necesitaba proteínas , porque hacía «muchísimo deporte». Carlos era un apasionado de la cocina de temporada y un adelantado a su tiempo a la hora de defender los alimentos orgánicos . Hoy es una moda, «pero en su momento le tomaban el pelo por eso y me daba mucha rabia». Al Príncipe le gustaba comer los productos de sus pagos. «No le podías dar fresas en diciembre». La cocinera añora -quién no- los salmones salvajes de Escocia, el gamo de las fincas reales, las aves de caza, las setas de Balmoral… Pero aclara que « la gente cree que los royals comen langosta y caviar todo el día, pero eso no puede estar más lejos de la verdad ; es mucho más frecuente, por ejemplo, un plato de espárragos recién cogidos».

Su libro de recetas se llama « El toque real ». Ojeándolo, prima la contundencia propia del recetario inglés, sin remilgos dietéticos: patatas y manzana recubiertas de panceta , alcachofas con más panceta … Carolyn es de la escuela del pollo braseado y del pastel del pastor. «Yo cocino con sentido común , con ingredientes del supermercado, no de tiendas especializadas, y mis padres vivieron 89 y 92 años», ha declarado al «Daily Mail». Recomienda «comer un poco de todo», con lo cual concuerda con el consejo del gran sabio español Grande Covián .

A diferencia de otros exsirvientes reales, como el pérfido mayordomo Paul Burrell , ella no cuenta grandes cotilleos y habla bien de todos. Sobre los chicos, recuerda que cuando se fueron a estudiar a Eton, el colegio privado de élite, regresaron pidiéndole que les enseñase a hacerse algo . Los instruyó en los salvíficos espaguetis a la boloñesa y la inefable pechuga de pollo. El plato favorito de Guillermo era la tarta de galletas, y el de Harry, la de melaza . Perdió contacto con sus empleadores en 2005, cuando sirvió el catering de la boda de un hijo de Camila Parker.

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