El segundo hijo de los Duques de Cambridge nacerá en abril

El comunicado dice que la Duquesa todavía continúa con problemas , pero «mejora constantemente». Como ya sucediera durante el embarazo de su primogénito, la aquejan unas insidiosas molestias, un mal conocido como hiperméresis gravidarum, que afecta solo al 15% de las embarazadas y que le ocasiona vómitos y mareos matinales, deshidratación, pérdida de peso y presencia de toxinas en la sangre. Los especialistas creen que Kate Middleton podría sufrir todavía la enfermedad durante un mes más. En su primer embarazo hubo de ser ingresada incluso en un hospital. Pero esta vez se ha optado por la atención en palacio, a cargo de los médicos de la casa real. La dolencia la obligó a cancelar el que iba a ser su primer acto oficial en solitario, una visita a Malta.

Durante las dos últimas semanas de baja, la Duquesa había preferido buscar la cercanía de su madre y se había ido de Kensington a la mansión familiar de Bucklebury, cerca de Reading, al oeste del Gran Londres. Kate Middleton se encontraba más cómoda en un ambiente menos protocolario. Aunque en realidad había cambiado un palacio por otro. La vivienda paterna es una mansión georgiana, que sus padres, antiguos azafatos de British Airways y hoy ricos gracias a un negocio de venta de artículos para fiestas, compraron en 2012. Está valorada en 6 millones de euros. Carole, la madre de Catalina, había sido vista de compras por el pueblo con el Príncipe Jorge, un bebé muy seguido por los británicos, que hasta ha puesto moda las prendas de lana tradicional con que lo visten.