Sumar aparca las críticas al cupo catalán y aboga por una reforma federal

Si en junio Joan Baldoví, histórico de Compromís, decía que el Gobierno podía perder su apoyo si concedía a Cataluña una financiación privilegiada sobre el resto, este martes la portavoz de los nacionalistas valencianos en el Congreso, Àgueda Micó, rebajó el tono al mínimo posible y evitó toda apariencia de amenaza. En primer lugar, señaló que su partido –tampoco lo hacía hace tres meses– no conocía la concreción del pacto. Después, giró para afirmar lo siguiente: «El acuerdo que el Gobierno firmó hace un año con Compromís se tiene que cumplir y no es incompatible con cumplir el acuerdo del Gobierno con ERC».

Micó apostó por mitigar la «infrafinanciación» de la Comunidad Valenciana, la autonomía más perjudicada con el actual sistema de financiación autonómica, a través de «compensaciones transitorias» vía presupuestos generales del Estado. Primero, las cuentas, y, en paralelo, una reforma de la financiación autonómica que sería debatida y negociada por «todos los partidos políticos». Desde Compromís trasladan ahora que no se opondrán al cupo catalán siempre que la Comunidad Valenciana vea satisfechas sus demandas.

Las voces críticas de Sumar, que aparentemente ponían en peligro que el pacto fiscal entre PSC y ERC se concrete en algo, parecen ahora un eco lejano, mientras los discursos se adaptan al de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz. El portavoz económico de Sumar, Carlos Martín Urriza, afirmó que el concierto económico para Cataluña pone en riesgo la autonomía fiscal del Estado. También el diputado de IU Toni Valero, en una entrevista a ABC, aseguró que el mismo remaba contra «la solidaridad interterritorial».

Pero este martes, el portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, dijo directamente: «No sería la primera vez que Cataluña abre discusiones que después permiten mejorar las condiciones del resto del Estado». Tanto él como Micó argumentaron que es lógico que las comunidades recauden impuestos porque sobre ellas recae «la prestación del grueso de los servicios públicos». A un partido de marcada tendencia de izquierdas no le inquieta la posibilidad de que el Estado no recaude ni un solo impuesto en una comunidad que se acerca al veinte por ciento del producto interior bruto de España. Errejón lo defendió como «una evolución federal» para encajar «la plurinacionalidad del Estado». Eso sí sostuvo que se tiene que acabar con el 'dumping' fiscal de las autonomías «más ricas», dardo a la Comunidad de Madrid.

«Hay que garantizar la compatibilidad de la ordinalidad –principio por el que cada comunidad debe mantener la misma posición que indique su renta per cápita en el reparto de los tributos del Estado– y la solidaridad territorial», dijo Errejón, sin explicar cómo. Desde Sumar, una tercera voz brindó este martes por el cupo catalán –si bien en el partido evitan esa terminología y abrazan la «financiación singular» de la que habla el PSOE–, aunque en ese caso no hubo sorpresa.

Gerardo Pisarello, de los comunes, bendijo el pacto fiscal con ERC como «una oportunidad para mejorar la financiación en todo el Estado». «De Cataluña sale una propuesta que dice que hace falta más autogobierno fiscal, más solidaridad y más transparencia», dijo, y aprovechó para atacar al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, por 'olvidarse' de su pasado como presidente de la Xunta de Galicia y respaldar el discurso de su baronesa madrileña, Isabel Díaz Ayuso. A ella la definió como «la política más insolidaria y separatista» y la acusó de hacer de Madrid «un paraíso fiscal».

Mientras, desde el Gobierno mantienen el esfuerzo de enmarcar en la normalidad la «financiación singular» acordada con ERC para Cataluña y la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, insistió en señalar que no es el primer territorio al que se conceden características propias: ya las tienen Canarias y Baleares por su condición insular y también las provincias de Cuenca, Soria y Teruel para paliar los efectos de la despoblación, remarcó comparando con ellas el cupo catalán a cambio del que lograron la investidura del socialista Salvador Illa como 'president'.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Alegría aprovechó además para cargar contra el Partido Popular, al que acusó de no ser capaz de presentar una propuesta conjunta, y garantizó que el acuerdo catalán «en absoluto va en detrimento» del resto de comunidades autónomas. «¿Cuál es su proyecto para España?, ¿vivir en la confrontación territorial?», preguntó a Alberto Núñez Feijóo.