De Sol a Ferraz: el baño de masas de Abascal
El presidente de Vox acude a la manifestación organizada por el PP y después marcha a la sede del PSOE acompañado de una multitud
Más de dos millones claman en las capitales españolas contra la amnistía
Las protestas en España contra la amnistía, en imágenes
Faltaba más de media hora para el inicio de la concentración convocada por el PP en la Puerta del Sol; el kilómetro cero de una España que ha alzado este domingo su voz contra la amnistía a los encausados por el 'procés'. Santiago Abascal ... , el líder de Vox, llegaba en ese momento a la protesta, entremezclado con el resto del público.
80.000 personas según la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid, cerca de un millón según los populares, y Abascal como uno más durante el acto central de la manifestación. Esa era la idea, pero la realidad es otra. Los medios lo esperaban junto a la estatua del oso y el madroño, que estaba ataviada para la ocasión, con un banderín improvisado en el que alguien había escrito «Sánchez, a prisión».
«Somos muchos los que creemos que se está dando de verdad un golpe de Estado y que, por tanto, hay que responder con una movilización permanente y pacífica», ha declarado Abascal ante la prensa, en unas palabras que no son nuevas, pero sí significativas por el momento en el que se producen. En un acto organizado por el PP, en el que han intervenido Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso y José Luis-Martínez-Almeida, Abascal escuchaba entre decenas de miles de compatriotas.
Junto a él estaban la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, y la líder de la formación derechista en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, con quien Abascal ha conversado largamente durante el acto de los populares. Había también diputados y senadores de Vox, como Juanjo Aizcorbe y José María Sánchez García, así como cargos autonómicos y locales del partido.
Pese a consignas partidistas proclamadas por los líderes del PP que han intervenido en el escenario instalado en la Puerta del Sol, Abascal ha escuchado respetuosamente. Sobre todo antes del acto, pero también durante, un sinfín de simpatizantes se aproximaban a él para saludarlo o pedirle una fotografía. Al presidente de Vox solo se le ha escapado media risa cuando se alargaba el alcalde de Madrid en su discurso y un manifestante le ha gritado 'pesao', con esa pronunciación relajada que se olvida de la letra de.
Rumbo a Ferraz
Terminada la intervención de Núñez Feijóo, Abascal y su equipo de seguridad emprendían la salida de Sol a la carrera, destino Ferraz. Pero según enfilaban ya la calle Alcalá, han sonado los acordes del himno nacional. Cuadrado Abascal, con la mirada en el horizonte, no ha reemprendido la marcha hasta concluido ya el último compás.
Superada la aglomeración de gente en Alcalá, con una masa siguiendo al presidente de Vox, entre cánticos y peticiones de fotografías, la marcha se ha acelerado. «¡Qué guapo es!» y «presidente» eran los comentarios más repetidos al paso del líder de Vox, que arrastraba una marea rojigualda hacia Ferraz. Algún manifestante, decepcionado, se quejaba de que el PP no se uniese también.
En Gran Vía, pasado el tramo de 'tráfico lento', la muchedumbre seguía avanzando hacia Ferraz con la carretera cortada. «Qué buena gente es, saluda a todo el mundo, 'bro'», ha dicho un chaval. «'Bro', no me lavo la mano», le ha respondido un colega, tras estrechar la del dirigente conservador.
Veintiséis minutos después de abandonar la Puerta del Sol, la comitiva de Vox llegaba a la plaza de España. Un paisano despistado que grababa un vídeo se ha chocado con el líder derechista. «¡Hombre, señor Abascal», ha dicho con sorpresa, provocando una carcajada generalizada, cuando este avanzaba ya por la calle Princesa.
El descenso de Abascal y los suyos por la calle Marqués de Urquijo parecía por momentos una prueba de relevos, con adolescentes zigzagueando entre sus mayores para situarse a la cabeza y 'robarle' un selfi al político vasco. Cuando se percataba, los saludaba y los animaba a acercarse para fotografiarse con él. «Santiago, no nos abandones», gritaba una mujer.
«Pasillo hacia Abascal»
El líder de Vox y sus compañeros se han detenido en el cruce entre Marqués de Urquijo y la calle Juan Álvarez Mendizábal, porque el acceso a Ferraz era ya imposible. Veinticinco minutos han permanecido ahí parados, mientras los asistentes se turnaban para hablar con él, darle la mano y pedirle una instantánea para el recuerdo. «Pasillo hacia Abascal, pasillo hacia Abascal», cantaba un grupo de jóvenes, deseoso de acercarse al diputado como si de una estrella musical se tratase. «A un metro», decía, emocionada, una chica situada cerca de él.
Otra, preocupada por la situación de España, le ha pedido que se entienda con el PP. Abascal ha querido charlar con ella y le ha recordado que Vox votó a favor de la investidura de Núñez Feijóo, que Denaes invitó a los populares a la manifestación del 29-O –no fueron– y que este domingo nadie le ha ofrecido a él hablar desde el escenario.
A las dos y cuarto de la tarde, con las mismas dificultades con las que ha llegado a la calle Marqués de Urquijo, Abascal se ha marchado, perseguido aún por un grupo que quería inmortalizar el momento. «Abascal, presidente; Abascal, presidente», se despedía gran parte del público, en un baño de masas dominical del líder de Vox. De Sol, a Ferraz.