Una campaña, dos plebiscitos

Aunque Sánchez se marque un Xavi, amagar con largarse y volver, la campaña es una cacofónica conjunción de «alarma antifascista» y 'lawfare'

El nacionalismo catalán caerá a sus niveles más bajos pero seguirá condicionando todo

Un plan para horadar a Vox

Una campaña, dos plebiscitos. En el PSOE por Sánchez. Show del culto a la personalidad. Desplaza el debate catalán a la confrontación entre la coalición 'progresista' y la 'fachosfera'. El segundo plebiscito en Junts. Puigdemont solo contempla la presidencia.

Como aquel personaje de Cortázar en ' ... Instrucciones para John Howell', Illa interpreta un papel inesperado. Quien presume de comedido escenifica la adhesión inquebrantable al líder: «¡Peeedro!». Como Penélope Cruz ante el oscarizado Almodóvar.

En lugar de abordar la sequía, la ampliación del aeropuerto, el penoso nivel de los educandos, el caos de las prisiones, o la sanidad y universidades donde el nivel de catalán prima sobre la excelencia profesional, seguirá el Argumentario Zapatero sobre la perversidad (congénita) de la derecha.

Aunque Sánchez se marque un Xavi, amagar con largarse y volver, la campaña es una cacofónica conjunción de «alarma antifascista» y 'lawfare'. Comité Gutural del 'No pasarán'. Si el lunes dimite pintarán bastos para un PSOE sostenido por la unanimidad carismática: tierra quemada para liderazgos alternativos.

En Junts más de lo mismo. Pujol votará a Puigdemont porque es lo más parecido a su Convergencia. El Patriarca ganaba todas las elecciones. No dejó espacio para nadie: el competidor de más entidad, Miquel Roca, acabó dejando la política. Está por ver si Puigdemont será un Pujol redivivo, ganará el plebiscito y acaparará el altar patriótico. Si eso no sucediera, deberá irse a casa. Y no quedará nadie al timón de ese 'bateau ivre' que es la derecha nacionalista.

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Dos partidos: PSOE y Junts. Una campaña con estribillos trumpistas. Dos plebiscitos… o más: en Esquerra y Sumar. Lo positivo de estas elecciones: la fecha de caducidad de quienes llevan tantos años vendiendo humo (identitario o izquierdista). «¡Ahora toca Puigdemont!» proclama Pujol. Lo que toca ahora es retirarse. Como aconsejaba Josep Pla, «pase y disimule».

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