Sánchez trata de aplacar el pulso de PNV y ERC de cara a los Presupuestos
El presidente anuncia 3.000 millones adicionales para frenar el aumento de precios de la energía
Rufián y Esteban ponen distancia y se plantean presentar enmienda a la totalidad de los Presupuestos
En menos de dos semanas se estarán votando en el Congreso de los Diputados las enmiendas a la totalidad de los presupuestosgenerales del Estado (PGE). Ese horizonte aparece como el Rubicón definitivo de la legislatura. La última ventana de oportunidad de los socios ... habituales del Gobierno para presionar y lograr prebendas. Y el último gran momento de tensión para el Ejecutivo, que viene superando la mayoría de las votaciones del mandato, pero siempre pendiente de la calculadora y no exento de episodios ajustados.
Algo de todo eso se percibe en el Congreso de los Diputados. Un inevitable aroma preelectoral. Aunque todavía quedan más de seis meses para las elecciones municipales de mayo. Todos se juegan cosas importantes en ese trance. El PSOE sin duda. Pero también el PNV y ERC, socios imprescindibles del Ejecutivo en la aprobación de los dos presupuestos anteriores y que afrontan los próximos meses condicionados por sus realidades domésticas. En primer lugar, el PNV, que sigue adaptándose al nuevo escenario de crecimiento de Bildu. Con desconfianza creciente hacia las alianzas que a nivel local puedan tejer con los socialistas vascos. En segundo término, ERC, que afronta esta negociación por primera vez gobernando en solitario la Generalitat de Cataluña y que va a intentar revolverse a lo previsible: que una mayor dependencia del PSC en Cataluña limite su influencia en Madrid. La línea a seguir es la contraria, endurecer la posición. «No va a ser fácil», reconocía ayer un integrante del Consejo de Ministros cuestionado sobre las posiciones de ambos partidos.
Además de las asumidas críticas de los representantes de la oposición, ERC y PNV presentaron a Sánchez los mayores problemas ayer en el Congreso de los Diputados. El presidente comparecía para dar cuenta de la reunión informal del Consejo Europeo del 7 de octubre y para informar sobre las medidas económicas y sociales adoptadas para dar respuesta a la crisis provocada por la guerra en Ucrania.
PNV y ERC endurecen sus críticas a Sánchez y amagan con tumbar los Presupuestos
Gregoria CaroRufián y Esteban arremeten contra el presidente del Gobierno en el pleno del Congreso
Y aprovechó la sesión para anunciar un nuevo paquete de medidas para contener el alza de los precios en su vertiente más cruda, la del aumento del precio de la energía. Sánchez estimó que todas estas medidas supondrán movilizar cerca de 3.000 millones de euros adicionales a los presupuestos generales del Estado. Y que con ellas se protegerá al 40% de los hogares españoles. El refuerzo del bono social eléctrico, la nueva catalogación de consumidores con derecho a descuento, el bono social térmico con más recursos hasta finales de 2023 y la rebaja en las facturas para la caldera comunitaria concentran este nuevo plan de ayudas.
Amagos
Gabriel Rufián avisaba a Sánchez de que mientras sigan abiertas causas judiciales contra cargos del Govern y líderes del 'procés', no van a sentarse a negociar con el PSOE sus apoyos a las cuentas públicas. Desde ERC todavía no han aclarado si presentarán una enmienda a la totalidad en los próximos días; tampoco lo descartan. Lo mismo que el PNV. Ambos amagan con tumbar las cuentas. «¿Cree que así se puede negociar algo?», le llegó a espetar el portavoz de los republicanos, que instó al Gobierno a que, si como dice, «apuesta por el diálogo», que «cumpla con lo incumplido» y haga que su «palabra valga algo».
Al que se vio especialmente crítico fue a Aitor Esteban. El portavoz del PNV cuestionó incluso la convocatoria del pleno porque «no conduce a nada práctico, sino a más polémica, sobreactuación y enfrentamiento estéril». Tirando de sarcasmo, el portavoz peneuvista ha descrito así el propósito de Sánchez al convocar el debate: «Como las encuestas parecen reflejar que la gente no se da cuenta de la diligencia y gran esfuerzo de su Gobierno, nos inunda con una lectura reiterada de medidas que ya conocemos, y que para más inri ya hemos podido leer en el libro amarillo de los Presupuestos». Alertó también de las previsiones a la baja del Fondo Monetario Internacional (FMI), como la recesión declarada ya por Alemania, para advertirle con tono severo a Sánchez: «Cuidado con las medidas que adoptemos, seamos prudentes y equilibrados». Incluso le reprochó la idea «contraproducente» de su documental.
Los alegatos
Presidente del Gobierno
Pedro Sánchez
«La España progresista tiene en frente un poder que no es menor, que es el poder del dinero, que tiene sus terminales»
Portavoz de ERC
Gabriel Rufián
«¿Cree que así se puede negociar algo? ¿De qué vale su palabra? No hagan esto por contentar al pueblo de Cataluña, hagan esto por la democracia»
Portavoz del PNV
Aitor Esteban
«Tenemos una semana para pensarnos si presentamos una enmienda de totalidad a los Presupuestos»
Después, y tras anunciar que «no voy a hablar del presupuesto», porque «ni es el momento, ni la prudencia de unas negociaciones abiertas lo aconsejan», Esteban terminó su discurso con una seria advertencia final a la bancada azul, a la que recordó que «a ustedes les resta una semana para presentar los presupuestos en comisión, y dialogar en la búsqueda de un acuerdo para sacarlos adelante, y nosotros tenemos una semana para pensarnos si presentamos una enmienda de totalidad a esos mismos presupuestos». En su réplica, Sánchez trató de calmar su ánimo: «De los presupuestos ya hablaremos». A su vez, trataba de convencer a Rufián de la bondad de las cuentas para Cataluña por el elevado volumen de inversiones.
Choque ideológico con el PP
En este contexto Sánchez persiste en su estrategia de giro a la izquierda que emprendió tras las elecciones andaluzas. Primero, con sus recetas económicas. Defendió durante buena parte de su tiempo la subida de las pensiones y su política fiscal frente al PP. «Las recetas de Feijóo son las mismas que las de Rajoy: una vuelta al pasado», dijo, y aseguró que la derecha busca «un pretexto» para no subir las pensiones en línea con la inflación o subir los impuestos».
En pleno contexto de negociaciones discretas con el PP para intentar renovar el Consejo General del Poder Judicial, en el Gobierno trataban de separar ese espacio de diálogo que quieren preservar dando todavía unos días de margen, con el choque con los populares por las recetas económicas. En lugar de tratar de competir con el PP en la apuesta por rebajas fiscales al IVA o al IRPF, tanto el presidente como el portavoz socialista, Patxi López, defendieron la necesidad de mantener los impuestos: «Qué hipocresía la de quienes durante la pandemia pedían más Estado y, ahora que superamos la pandemia, exigen menos Estado. En sus plataformas mediáticas, sus terminales políticas, se vuelven a defender las virtudes de contar con un Estado débil. Tratan de vendernos lo inmejorable que es que los ciudadanos tengan el dinero en su bolsillo». Fue el aperitivo del cara a cara que Sánchez y Feijóo tendrán en el Senado el martes.
Durante su primera intervención, Sánchez anunció medidas específicas para Soria, Teruel y Cuenca, las tres provincias con menor densidad de población en España. Aunque no aportó detalles al respecto, sí aseguró que estas nuevas medidas significarán «una reducción de las cotizaciones empresariales en los contratos indefinidos ya existentes y en los nuevos contratos indefinidos que se firmen».
Sánchez no abandonó tampoco una retórica política de polarización que tiene en el centro de su crítica a los medios de comunicación no afines, a los que niega independencia alguna y los presenta como extensión de poderes económicos: «la España progresista tiene en frente un poder que no es menor, que es el poder del dinero, que tiene sus terminales», aseguraba en respuesta al diputado de Compromís, Joan Baldoví. «Usted, como yo, se desayuna leyendo la prensa madrileña, también escuchando a la Conferencia Episcopal hablando a través de la radio o también lógicamente aquí tenemos a las terminales políticas de esos intereses que representan al dinero». Y situó al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, con quien hasta hace poco Sánchez se jactaba de alcanzar acuerdos, como representante de todos ellos.
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