Sánchez asume el mando del socialismo global con el reto de recuperar a los partidos europeos y modernizar al resto

La Internacional Socialista es una organización con mucha historia, sí, pero también muchas hipotecas. La más evidente de ellas es que participan de él multitud de partidos africanos y latinoamericanos, cuyos países distan mucho del modelo europeo en dos cuestiones clave: la profundidad democrática de sus sociedades y el papel de las mujeres en la misma. Sánchez lo lleva advirtiendo desde el viernes. Que si se le elegía era «con todas las consecuencias» y para hacer de esa organización una estructura paritaria como impera ya en Europa. Y es que hubo discursos este domingo que alertaron de la presencia de delegaciones compuestas exclusivamente por hombres.

El presidente del Gobierno se impone el reto de modernizar pues la organización. Y aunque prometió no ser un líder «eurocéntrico», lo cierto es que tiene la tarea de recuperar vínculos con partidos europeos que hace años dieron la espalda a la organización. Singularmente el SPD alemán, precisamente por la presencia dentro de la organización de formaciones que distan mucho de los estándares democráticos europeos. También faltan los socialdemócratas nórdicos. La realidad de estos países y de estos partidos dista mucho de la de algunos integrantes de esta organización que agrupa a 132 partidos políticos socialdemócratas, socialistas y laboristas de todo el mundo

En su discurso de clausura del Congreso de la Internacional Socialista que se ha celebrado este fin de semana en Madrid, Sánchez ha querido presentarse como el puente entre dos mundos tan distantes. Recordando el apoyo que su partido recibió en las postrimerías del franquismo de figuras como Olof Palme o Willy Brandt, un apoyo que no fue pequeño, Sánchez ha planteado que la organización debe «ayudar» a otros «para mejorar en su libertad». Logrando eso e insistiendo mucho en hacer de su proyecto la hoja de ruta de todo el progresismo global, Sánchez pretende así «unir a todos los partidos progresistas e internacionalistas» para hacer la organización más grande e influyente.

«En España, las siglas del Partido Socialista y el desarrollo de la democracia son inseparables. Todas las grandes conquistas sociales y de derechos de nuestra democracia han llegado de la mano del PSOE», dijo ayer Sánchez. Un mensaje que se interpreta también en clave a esos partidos que pertenecen a la organización pero que no participan de sociedades como desarrollos democráticos homologables. Su nuevo presidente les demandó no abandonar el empeño de evolucionar democráticamente sus países como algo indisociable del hecho de considerarse socialistas.

Sus tres ideas clave del proyecto fueron feminismo, ecologismo y multilateralismo. Sánchez hará tándem con Benedicta Lasi como secretaria general. La elección de una mujer africana, es de Ghana, y tan joven, tiene 35 años es uno de los mensajes de renovación que quiere mandar la organización. Sánchez quiere convertir a la organización en actor destacado en el plano internacional, porque sabe que ahora no lo es: «Este debe de ser el polo ideológico en defensa de Naciones Unidas, del multilateralismo, para combatir esas amenazas globales que no se detienen ante ningún aduana, nuestro internacionalismo es el mejor antídoto contra la política miope de las trincheras y las fronteras«, exclamó.

Sánchez pronunció uno de los discursos de mayor vocación internacional que se le recuerdan, aunque no faltaron referencias en clave doméstica. Como cuando demandó a CEOE que negocié con los sindicatos un pacto de rentas. Pero fue en suma un discurso global, en el que Sánchez reclamó el «fin de todos los conflictos bélicos» e instó a la nueva organización bajo su mando a ser «activistas de un renovado pacifismo basado en la legalidad internacional».

Se centró específicamente en la cuestión de la guerra en Ucrania: «Es la hora de la paz. Del fin de la guerra. Y desde la Internacional Socialista trabajaremos por el fin de la invasión de Putin en Ucrania, y el cese de todos los conflictos en el resto de los continentes. Siempre son otros los que alimentan el odio que conduce a la guerra. La socialdemocracia ha estado siempre del lado de las soluciones y del lado de la paz».

Sánchez presentó, por tanto, su ejemplo como presidente de Gobierno en España como el discurrir por el que debe caminar un socialismo global que lo ha elegido este fin de semana por aclamación y sin más candidatos que disputasen el puesto. El sábado Sánchez compartió coloquio con el primer ministro portugués, el socialista Antonio Costa, la otra figura más destacada que integra ahora mismo esta familia política dada la complicada situación que atraviesan los partidos hermanos del PSOE en países como Francia o Italia. Mandó un mensaje de felicitación la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern.

Sánchez hizo ayer un repaso a algunas medidas de su gestión y reivindicó sus pilares para defender un modelo alternativo al «capitalismo devorador» de las últimas décadas: «somos socialistas porque no aceptamos la dictadura del azar». El presidente reclamó poner «pie en pared» contra los «negacionistas» del cambio climático porque «la emergencia climática» y defendió que «la economía debe de estar al servicio de la gente y del planeta».