Sánchez abre el curso decidido a proyectar su imagen internacional

Y en el principio estuvo, antes del verano, la cumbre de la OTAN en Madrid, donde Sánchez pudo olvidarse por unos días de sus problemas políticos domésticos (incluidas unas encuestas adversas que él mismo se ha conjurado en público a darles la vuelta) para establecer vínculos con los líderes de la Alianza Atlántica, entre ellos el presidente de EE.UU., Joe Biden. Sánchez pudo mantener con el inquilino demócrata de la Casa Blanca su primera entrevista bilateral, en La Moncloa, en la que ambos mandatarios firmaron una declaración conjunta de los dos países, algo que no se producía desde la que tuvo lugar en 2001, con José María Aznar y George W. Bush como presidentes.

Justo hoy, el jefe del Ejecutivo, recién incorporado a la actividad después de sus vacaciones, inicia una gira de tres días por otros tantos países sudamericanos: Colombia, Ecuador y Honduras. En el primero de ellos se verá con el flamante presidente del país, Gustavo Petro, el primero de izquierdas que eligen los colombianos. Madrid y Bogotá ultiman una declaración conjunta, que se dará a conocer tras la entrevista entre Sánchez y Petro. Así lo confirman fuentes del Gobierno, que subrayan la gran sintonía entre ambos presidentes y el deseo del jefe del Ejecutivo español de respaldar un nuevo ciclo político en uno de los países más grandes e importantes del continente americano. Algo que no es ajeno a las relaciones económicas y a las posibilidades de negocio para las compañías de nuestro país.

Al viaje irá un grupo de empresarios con la intención, según explican en La Moncloa, de «hacer valer el potencial de nuestras empresas» ante la nueva situación. España, explican, tiene que ser «punta de lanza» de la presencia europea en Colombia, ante la influencia evidente que actores como Rusia y China pueden tener en ese país.

En cuanto a Ecuador y Honduras, se trata de la primera visita a esos dos países de un presidente español en las últimas dos décadas, desde Aznar. Sánchez se encontrará con el presidente Guillermo Lasso, un gobernante liberal-conservador con el que según fuentes oficiales, mantiene una buena relación y está trabajando de forma conjunta. Lasso, quien ya visitó España el pasado año, mostrará al presidente del Gobierno los frutos del trabajo de cooperación española en Ecuador.

Su última parada será Honduras donde se reunirá con la presidenta Xiomara Castro, líder de un gobierno de izquierdas. Uno de los principales ejes de la relación con España es la inmigración. España trabaja en un proyecto piloto, que consiste en que trabajadores hondureños viajen hasta la península para trabajar durante campañas de recogida de productos agrícolas, y una vez estas hayan terminado volver a su país. Además allí, el presidente del Gobierno se reunirá con ONG que llevan a cabo trabajos en materia de cooperación en el país.

Con estas tres visitas el Gobierno pretende afianzar lazos internacionales y dar los primeros pasos para recuperar la cumbre conjunta entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericano y Caribeños (UE-CELAC) que lleva sin celebrarse desde el año 2015. Un encuentro que Sánchez pretende celebrar, precisamente, durante el semestre europeo de 2023. Además, intentará que su visita a Colombia, Ecuador y Honduras contribuya en la celebración de la próxima cumbre Iberoamericana, que está prevista para marzo de 2023, una cita muy importante para España y sus empresarios. Además, el presidente mantendrá encuentros con las colonias españolas instaladas en cada uno de los tres países.

Otro evento importante de este otoño es la cumbre de la Internacional Socialista, que tendrá lugar a finales de noviembre en Madrid. Allí, presumiblemente, Sánchez saldrá elegido presidente de la histórica organización, que nunca ha liderado un español. Ya en 1980 la capital española albergó otra cita similar, cuando Felipe González era su vicepresidente. Actualmente su máximo mandatario es el ex primer ministro griego, Giorgos Papandreu.

El encuentro con sus correligionarios de todas las latitudes, incluidos jefes de gobierno como el canciller alemán, Olaf Scholz, líder del SPD, servirá a Sánchez de nuevo para su propósito de proyectar una imagen internacional dentro de su familia política. Y quien sabe si presidir esa Internacional Socialista podría ser el principio de su carrera de expresidente, si Alberto Núñez Feijóo logra desalojarle de La Moncloa dentro de un año.