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operación odisea del amanecer

Halcones en cielo libio

F-18 que vuelan a casi 2.000 por hora, una fragata que vigila 600 kilómetros a su alrededor... Así es el armamento que España ofrece a la coalición

FRANCISCO APAOLAZA

Por fortuna, la mayoría de los civiles españoles no se hace una idea de lo que es un F-18 como los que España ha enviado a Libia, en combate. Tendrían que imaginarse un halcón de doce metros de envergadura y varias toneladas capaz de ... volar a 1.915 kilómetros por hora –a esa velocidad, es difícil verlos–, de quebrar y fintar el aire por encima de las leyes de la física, de despegar, viajar, destruir instalaciones militares del tamaño de un barrio entero y volver sin un rasguño. Dos de ellos ya patrullan el cielo de Libia desde ayer, bajo el mando de la coalición internacional. Su misión, mantener la zona de exclusión del espacio aéreo que impone la Resolución 1973 de la ONU aprobada la semana pasada y que busca parar los pies de los desmanes de Muamar Gadafi. Además, para completar su encomienda, el gobierno de Rodríguez Zapatero cede al mando del Africom –con sede en Stuttgart y al cargo, hoy en día, de la misión– un avión de reabastecimiento y otro de vigilancia, una fragata, un submarino y las bases de Rota y Morón. El despliegue militar español es el cuarto más potente de todos los países que intervienen, detrás de Estados Unidos, Francia y Reino Unido. «Se trata de una presencia importante», según el general de División del Ejército, Jesús Argumosa, ya retirado.

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