Primero, la presidenta del PSOE tendrá un encuentro con los representantes de Unidas Podemos y Vox. Los morados, con cuatro puestos en la Asamblea, no tienen un papel del todo determinante, puesto que su apoyo al PSOE de Guillermo Fernández, con 28 escaños, no garantiza la mayoría de 33 necesaria.
Aritmétca complicada
No ocurre lo mismo con Vox, cuyos 5 diputados sí son esenciales para que la candidata del PP, María Guardiola, pueda ser presidenta autonómica. Las negociaciones en el bloque de la derecha no han cristalizado todavía en un acuerdo de investidura. Los de Feijóo han mantenido su postura de gobernar en solitario, mientras que Vox ha estado haciendo valer su fuerza para conseguir puestos en el Gobierno.
Guardiola, que ha tratado de marcar perfil propio distanciándose de Vox, causando recelos en la dirección del partido, se negó en un principio a incluir a Vox en el Gobierno y criticó diversas posturas del partido de Abascal. Concretamente, en materia de violencia de género.
Sin embargo, tras la filtración de unos audios en los que Santiago Martínez-Vares, asesor de Guardiola, atacaba abiertamente a Vox, la candidata popular ha tratado de rebajar la tensión para no dañar a Feijóo y "avanzar" de cara a una futura investidura.
Por último, después de reunirse con el portavoz del grupo popular, Blanca Martín lo hará con el del PSOE, a cuyo candidato, Fernández Vara, propondrá previsiblemente como candidato a gobernar en Extremadura pese a no tener garantizados los apoyos necesarios.
Vara, además del apoyo de Podemos, precisa de la abstención del Partido Popular o de Vox, por lo que su elección como presidente es improbable. Así, de no existir un acuerdo que garantice las mayorías necesarias ni en la izquierda ni en la derecha del arco parlamentario, la Cámara tendrá dos meses de plazo para proponer un nuevo candidato. De lo contrario, la comunidad estaría abocada a unas nuevas elecciones.
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