Puigdemont pronunció el pasado jueves un discurso en Barcelona ante 3.500 personas, según cifras de la Guardia Urbana. No fue detenido y posteriormente pudo fugarse de nuevo a Bélgica. Para ello, colaboraron al menos tres mossos. Los acontecimientos se sucedieron sin que haya habido reacción ni de Sánchez ni del Gobierno.
Las apariciones en redes sociales del líder del Ejecutivo, de hecho, desde ese momento, se han limitado a enhorabuenas a los deportistas españoles que han competido en los Juegos Olímpicos de París, que echaban el cierre este domingo, o en felicitar al nuevo presidente de la Generalitat catalana, Salvador Illa. Pero ni una palabra sobre Puigdemont.
Sánchez y su familia han sido trasladados este lunes desde el aeropuerto en una furgoneta con cristales tintados y escoltados por coches de seguridad, informa EFE. Las vacaciones tienen lugar también mientras sigue abierta la investigación a la esposa del jefe del Gobierno, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Por el momento se desconoce cuánto tiempo van a pasar en la isla.
La residencia de La Mareta, donde se alojan, se encuentra en el municipio de Teguise. A finales de los setenta del siglo pasado fue mandada construir y en los 80 el Rey Hussein de Jordania se la regaló al Rey Juan Carlos, que posteriormente la cedió a Patrimonio Nacional.
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