La primera matanza indiscriminada de ETA, en el olvido tras las mentiras de la banda

«Sentimos que hemos vivido en soledad», ha denunciado Alicia Gómez, hija de Francisco Gómez Vaquero, cocinero del local que falleció a causa del explosivo en el que los etarras colocaron 1.000 tuercas como metralla. «Esto debe servir para ver quiénes fueron las victimas y los verdugos», ha dicho en la inauguración de la exposición en el Centro Memorial de Víctimas de Vitoria: «Nunca hemos sido recompensados jurídicamente».

Los autores materiales, Bernard Oyarzabal y María Lourdes Cristóbal, nunca fueron detenidos dada la negativa de Francia a extraditarlos. Sí su conseguidora logística en Madrid, la activista Eva Forest, puesta en libertad en 1977 y a quien pudo verse junto a Arnaldo Otegi en actos de Herri Batasuna, el entonces brazo político de ETA. «Mira, ahí está el hombre de paz», comenta un hombre que ha acudido al Memorial señalando la fotografía del ahora coordinador general de EH Bildu.

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Un partido en claro ascenso desde las últimas elecciones generales, cuyos representantes se han negado a calificar a ETA como terrorista y que ejerce presión desde el día uno de la investidura del lendakari Imanol Pradales para abrir el debate sobre el estatus político del País Vasco. «Es una oportunidad. Está dispuesto a abrir el debate sobre el modelo territorial«, comentaba en una entrevista Otegi sobre el Gobierno de Pedro Sánchez.

Los socialistas, socios del Ejecutivo de coalición en la región, están a cargo de una de las áreas con mayor carga ideológica, la de Justicia y Derechos Humanos, que tiene atribuidas las competencias para otorgar los terceros grados a presos etarras. Una 'patata caliente' sobre la que no se ha querido pronunciar hoy la titular del Departamento, María Jesús San José, quien ha acudido al Memorial en su primer acto oficial.

«Reafirmar el compromiso del Gobierno vasco con la construcción de espacios de encuentro y reivindicación de las víctimas«, ha trasladado durante su intervención. También ha mencionado las pintadas amenazantes que han aparecido contra el consejero de Seguridad o el suceso en el que un menor simulaba disparar a un Guardia Civil para defender su disposición a trabajar contra los «discursos excluyentes»: «Euskadi no está vacunada».

La ha acompañado el nuevo director del Instituto Gógora, Alberto Alonso, a cargo del organismo que tiene asignada la tarea de reconstrucción de la memoria dentro del plan de Gobierno de PNV y PSE (Partido Socialista de Euskadi). «Tiene toda mi confianza. Como historiador puede aportar mucho», ha afirmado San José a la entrada del evento.