Un embarazo inventado y con la ropita del bebé lista: la historia de la secuestradora de Basurto

De hecho, los vecinos han relatado a los numerosos medios de comunicación que se encuentran en la zona que la joven incluso llegó a enseñar a sus allegados pruebas médicas acerca de su estado. Según estos testimonios, en los últimos días había asegurado que «en breve» le tocaba dar a luz. También la habían visto comprando ropa de bebé.

Su mentira terminaba pasadas las 10:30 de la mañana en el también barrio bilbaíno de Zorroza, a unos 7 kilómetros de distancia de la vivienda donde había abandonado al recién nacido a primera hora de la mañana. Doce horas después de su huida la Ertzaintza la localizaba y procedía a su arresto. Según ha ha confirmado el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, en el momento de la detención se encontraba con una amiga y en evidente estado de «agitación».

Por el momento es una incógnita lo que ha hecho la detenida en las doce horas que ha permanecido con el bebé en sus manos. La Ertzaintza ha podido constatar que durante la noche ha dado «varias vueltas» por Bilbao. En ese recorrido hizo, al menos, una parada en una céntrica farmacia, una de las dos que están de guardia por las noches en Bilbao, para comprar un biberón y leche. Las cámaras de seguridad captaron su imagen por última vez pasadas las 11 de la noche, todavía con el bebé dentro de una bolsa.

La angustia de los padres de Aimar comenzaba pasadas las nueve de la noche del miércoles. A esa hora la presunta secuestradora entraba en la habitación vestida con un uniforme sanitario. Explicaba a los progenitores que tenía que llevarse al bebé para realizarle unas pruebas. Pero nunca volvió a la habitación.

La pareja, que tiene un hijo mayor, al ver que el tiempo pasaba y la sanitaria no volvía, alertó entonces a los sanitarios del hospital de lo ocurrido. Inmediatamente comenzaron a buscarla por el recinto hospitalario. Incluso se revisaron las papeleras del exterior por si la mujer hubiera podido abandonar allí al pequeño.

La Ertzaintza también ponía en marcha inmediatamente un dispositivo de búsqueda. Comprobaban entonces que las cámaras de seguridad habían captado cómo la mujer abandonaba el recinto hospitalario vestida con un pijama blanco y con una bolsa de rafia en la mano, donde presuntamente habría escondido al bebé.

Los agentes difundían entonces varias fotografías de la mujer y pedían la colaboración ciudadana para tratar de localizarla. El mayor temor en esos momentos era que hubiera abandonado la capital vizcaína, ya que el hospital se encuentra junto a la principal estación de autobuses de la ciudad, desde donde es posible viajar a cualquier parte de España.

Sin embargo, pasadas las 8:30 de la mañana la Ertzaintza informaba de que el bebé había aparecido «sano y salvo» en el barrio bilbaíno de Santutxu. La mujer, al verse acorralada, había dejado al pequeño en el felpudo de una casa, situada en un séptimo piso.

Zuhaitz Barriuso, hijo mayor de la familia que residía en la vivienda, ha contado que la mujer llamó al timbre y se marchó. Cuando abrieron se encontraron al recién nacido todavía con la pinza del cordón umbilical en el felpudo. Inmediatamente fueron conscientes de que se trataba del niño secuestrado. «Nada más abrir la puerta mi madre sabía que era el niño secuestrado que estaba buscando todo el mundo», ha asegurado.

Los sanitarios confirmaban después que el pequeño se encontraba en perfecto estado de salud y que había sido alimentado durante la noche. Pasadas las nueve de la mañana una ambulancia medicalizada trasladaba al pequeño envuelto en una manta térmica al hospital de Basurto. A media mañana desde el hospital confirmaban que el pequeño Aimar ya se encontraba con su madre, que todavía permanece hospitalizada en la maternidad de Basurto.

A primera hora de la mañana el consejero de Seguridad aseguraba que el secuestro había sido fruto del «azar». En un primer momento se ha apuntado a la posibilidad de que la mujer intentara, sin éxito, llevarse a otros niños. Sin embargo, horas después Josu Erkoreka ha matizado que lo único confirmado es que antes de llevarse Aimar la detenida estuvo merodeando por la planta y que intentó entrar en otras habitaciones.

Desde el año 2014 la sanidad vasca cuenta con un protocolo según el cual los bebés recién nacidos no se separan en ningún momento de sus padres. A las mujeres se les informa en el momento del ingreso que todas las pruebas médicas se realizarán en la misma habitación y que siempre pedirán que uno de los progenitores les acompañe en caso de tener que trasladarle a otras dependencias. Además, todos los bebés cuentan con un código numérico que se inserta en la pinza del cordón umbilical y están identificados con dos pulseras, una para el bebé y otra para la madre.

La consejera de Sanidad, Gotzone Sagarduy se ha acercado esta mañana a visitar a la familia y ha asegurado a los medios de comunicación que lo ocurrido se trata de un «suceso aislado». Ha explicado además que este mismo jueves se va a reunir el equipo corporativo del paciente para analizar lo ocurrido y ver qué ha podido fallar en los protocolos. «Se propondrán mejoras si se requieren».

El consejero de Seguridad, por su parte, ha asegurado que la colaboración ciudadana ha sido «clave» para resolver el caso en apenas doce horas. Ha confirmado, además, que en los archivos de la policía autonómica «no consta» que la detenida tenga antecedentes penales. La mujer de 24 años permanece detenida en la comisaría de la Ertzaintza, en Bilbao, donde prestará declaración en las próximas horas.