Rescate en La Zurriola
«Ha sido un milagro encontrar a mi hija viva después de cinco horas en el mar»
Rafa Zamora, padre de la donostiarra de 32 años rescatada la madrugada del domingo en La Zurriola (San Sebastián), agradece el trabajo de los servicios de emergencias
AIENDE S. JIMÉNEZ
San Sebastián
El rescate de una donostiarra de 32 años en aguas de La Zurriola que se produjo en la madrugada de este domingo fue, en palabras del padre de la chica, «un milagro». La mujer permaneció más de cinco horas flotando en el mar hasta que ... fue hallada y rescatada en plena noche por un helicóptero. Ocurrió minutos antes de que los servicios de emergencias suspendiesen la búsqueda nocturna, lo cual suponía asumir, casi con toda seguridad, que la bañista no había sobrevivido. «Mi hija ha visto la muerte de cerca, ha sido algo milagroso, de verdad», insiste Rafa Zamora, que solo tiene palabras de agradecimiento para todos los efectivos que participaron en el operativo, recoge Diario Vasco.
Pese al final feliz, fue un episodio «muy traumático». La búsqueda comenzó sobre las 22.30 de la noche, pero la mujer se perdió en el mar horas antes. Según relata su padre a este periódico, a las siete de la tarde estaba en casa, en el barrio de Gros, «y le dijo a su compañero que iba a darse un baño y se volvía. Ni se llevó las llaves». Dejó su toalla y su ropa en la zona de Sagüés de la playa de La Zurriola, pero caminó hacia la zona central, «la zona de baño, porque en Sagüés estaban los surfistas. Se bañó donde era», repite su padre, que asegura que su hija es usuaria habitual de este arenal.
Lo que no se explican es qué ocurrió para que el mar la arrastrara hacia el fondo sin que ella pudiese impedirlo. «Acabó mar adentro acercándose peligrosamente a las rocas de Sagüés. Como había oleaje, lo mejor era apartarse de las rocas. Ella tenía eso claro, y en todo momento nadó para apartarse del borde. De hecho no la rescataron en las rocas, sino a 100 metros y casi en la punta del Monpás», explica Rafa Zamora, al que le sorprende también «que ningún surfista o socorrista la viera alejarse».
Sobre las ocho de la tarde su compañero se extrañó de que no volviera a casa, dado que iba a ser un baño rápido, y decidió ir a buscarla a la playa. Allí encontró sus cosas, que estaban siendo alcanzadas por la marea. Preocupado, comenzó a buscarla por la playa. «Un poco antes de las diez de la noche ya me llamó para avisarme de que no la encontraba. Ya había alertado también a emergencias. Por eso la búsqueda empezó sobre las 22.30 de la noche», explica el donostiarra.
«Salió de casa sobre las siete de la tarde para darse un baño rápido, la arrastró la corriente y aguantó flotando durante horas»
Rafa Zamora
Padre de la rescatada
Fue entonces cuando se movilizó el operativo, con la base en la zona de la Paloma de la Paz. Se destinaron dos embarcaciones de Salvamento Marítimo de Cruz Roja, con nueve voluntarios que peinaron la zona con focos. También participaron efectivos de la UVR de la Ertzaintza, el servicio marítimo de la Guardia Civil, la Guardia Municipal de San Sebastián y los bomberos. «Empezaron desde el espigón y fueron hacia Sagüés». Cuando llegó la medianoche se pensó en finalizar la búsqueda hasta el día siguiente. «No me lo decían, pero la daban por muerta. En casos como este se quedan en el mar. Yo me iba preparando para lo peor, por eso fue un milagro».
Desde Santander
La coordinadora de emergencias le había solicitado los datos para interponer una denuncia por desaparición. Eran las 00.40 horas. Estaban a punto de lanzar la alerta cuando llegó el aviso que ya no esperaban. «La hemos encontrado, está viva». Fueron los tripulantes del Helimer, el helicóptero de Salvamento Marítimo del Gobierno español con base en Santander, los que encontraron a la bañista. El mando de emergencias decidió solicitar su ayuda en vista de las dificultades que entrañaba el rescate. Este aparato cuenta con un potente foco que falicita las búsquedas en el mar y con una grúa de gran tamaño para izar a personas desde el agua. «Me contó que cuando uno de los rescatadores bajó donde estaba se abrazó a él como un koala. Vio la muerte de cerca, pero está súper contenta de haber sobrevivido», lo cual consiguió, en parte, gracias a que mantuvo la calma en todo momento. «Se apartó de las rocas y estuvo flotando durante horas. Como la orilla estaba muy lejos, decidió ir más mar adentro a pedir socorro a un pequeño barco que estaba cerca, no sé si no la vio, pero se fue», cuenta su padre.
Estuvo más de cinco horas flotando de espaldas, manteniendo la calma y esperando a ser rescatada. La hallaron a unos 100 metros de las rocas, casi a la altura de la punta del Monpás. También tuvo suerte de que la temperatura del agua era de 24 grados, «si llega a ser abril se congela». Cuando la rescataron tenía síntomas de hipotermia, pero leves, «estaba a 36,1º». El helicóptero tuvo que trasladarla a un hospital de Santander porque no tenía combustible suficiente para dejarla en otro lugar y volver a su base. Fue un rescate 'in extremis'.
«Se encuentra bien, solo tuvo algo de hipotermia y está un poco dolorida y afónica porque no paró de gritar socorro»
Rafa Zamora
Padre de la rescatada
Ahora la mujer se recupera en casa con apenas secuelas físicas por lo ocurrido. Tiene la espalda dolorida y está afónica, «porque no paró de gritar socorro para intentar que alguien la escuchara». Su padre fue a recogerla a Santander y lamenta que no hubiese un helicóptero de estas características más cerca. «¿Y si le llega a quedar un hilo de vida y hay que esperar a que llegue desde Cantabria?», se pregunta, aunque, consciente de la suerte que ha acompañado a su hija, afirma que «mejor un helicóptero lejos que ninguno». Además, a pesar de esta circunstancia, solo tiene palabras de agradecimiento para todos los medios y las personas que participaron en el operativo. «Todos se han portado muy bien. De verdad, muchas gracias a todos los que se han preocupado y colaborado en resolver esta situación tan dramática pero con final feliz. Gracias por salvar a mi hija».
Comentarios hirientes
De toda esta experiencia lo que más le ha dolido a Rafa Zamora es que se haya insinuado que su hija había entrado en el mar afectada por el alcohol, como ocurre en la mayoría de los casos de rescates de personas que se bañan de noche en el mar. «Pero es que ella se metió en el agua por la tarde y lo hizo por la zona de bañistas. La búsqueda comenzó de noche porque fue cuando me alertaron a mí y vimos que algo había pasado, pero la gente habla sin saber y hace comentarios que hacen daño», se lamenta este vecino de Donostia, que nunca olvidará el 6 de agosto de 2022, cuando su hija volvió a vivir.
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