Montero pretende frenar fiscalmente a las autonomías pero matiza que «armonizar no es centralizar»

Veinticuatro horas después de esas palabras a cuenta de la supresión del impuesto de Patrimonio anunciada por el presidente de la Junta de Andalucía, el popular Juan Manuel Moreno, Escrivá ha señalado, en declaraciones a los medios de comunicación en los pasillos del Congreso, que esa expresión «no salió de mi boca». Fue el periodista Carlos Alsina el que la pronunció, preguntándole si estaba de acuerdo, y el ministro contestó con un indubitado «sí».

En los mismos pasillos de la Cámara Baja, donde se celebra la sesión de control, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha protagonizado una larga comparecencia ante los informadores, en la que ha confirmado su intención de embridar fiscalmente a los gobiernos autonómicos, para que no tengan tanta capacidad para fijar o eliminar impuestos como hasta ahora. Sin embargo, ha negado que esa pretensión armonizadora, para la que el Gobierno ya llegó a un acuerdo con ERC a finales de 2020, suponga devolver competencias al Gobierno central. «Armonizar no es centralizar» ha sentenciado de manera sintética Montero. Minutos antes de su comparecencia, en otra similar y en el mismo lugar, el titular de la cartera de Presidencia, Félix Bolaños, había arremetido duramente contra el anuncio del presidente andaluz al tiempo que delegaba en la responsable de Hacienda la respuesta unificada del Gobierno, tras las desavenencias creadas por la entrevista de marras de Escrivá.

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Preguntada la titular de Hacienda sobre si en su idea estaría establecer un porcentaje mínimo de bonificación de los impuestos (lo que técnicamente hace ahora Andalucía, o lo que viene haciendo la Comunidad de Madrid desde hace años, es bonificar hasta casi el 100% determinados impuestos, tanto Patrimonio como Sucesiones o Donaciones) Montero explicó que la idea es que «el margen que tengan esas comunidades autónomas esté en las horquillas que el grupo de expertos, con los que tenemos que consensuar el modelo, consideremos lógica. Se trata de no hacer posible que se produzca una competencia fiscal a la baja».

«Es peligroso que haya presidentes autonómicos que hablen de paraísos, eso lo estamos combatiendo en el nivel internacional, en la UE, donde pedimos una fiscalidad homogénea, para evitar fugas de capitales» ha señalado, en términos muy parecidos a los que empleó Escrivá para criticar el actual modelo. Pero en todo momento Montero ha evitado cifrar en qué porcentaje concreto estaría ese mínimo.

Como ya dijo el martes la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, la cuestión de la armonización, ha insistido la ministra de Hacienda, deberá abordarse en el marco de la discusión del nuevo modelo de financiación autonómica, aún pendiente de aprobar.

Montero, por otra parte, dejó la puerta abierta a una propuesta de Unidas Podemos rechazada en su día por el PSOE incluso en una votación parlamentaria, como la del impuesto a las grandes fortunas. La también número dos de los socialistas aseguró que el camino abierto con el impuesto a la banca y las energéticas, que ya ha empezado su tramitación en las Cortes, hay que «seguir explorándolo también con las grandes fortunas».