El trágico final de Diana, asesinada por su expareja en Usera

En torno a las 2 de la madrugada, en el número 1 de la travesía de Santoña, los vecinos dormían como una noche cualquiera, pero se despertaron sorprendidos ante la noticia de que en la cuarta planta había tenido lugar un crimen de cuyos precedentes tenían constancia. La víctima, una mujer paraguaya de 29 años y con una hija menor de edad, se había presentado por última vez en casa de su maltratador, un español de origen dominicano de 60 años. Tras una discusión en la vivienda, la noche terminó de la peor manera posible: el presunto homicida asestó dos puñaladas mortales a Diana y se dio inmediatamente a la fuga.

A las 2.11 horas, los servicios de emergencias recibieron una llamada de un varón que se encontraba en ese mismo domicilio –se desconoce si se trataba del propio Augusto o de uno de sus compañeros de piso– alertando de este suceso. A su llegada, el Summa no pudo más que confirmar el fallecimiento de la mujer, según informan desde Emergencias 112 Comunidad de Madrid. Unos minutos más tarde, en torno a las 2.30 horas, los agentes del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) de la comisaría de Usera-Villaverde de la Policía Nacional dieron con este varón en las inmediaciones de esta zona del distrito. El Grupo VI de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Madrid se encarga de la investigación del caso.

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Según ha confirmado este lunes el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín Aguirre, víctima y agresor convivían a pesar de la orden de alejamiento que lo impedía. La vivienda, relata el vecino que residía puerta con puerta con Augusto, es propiedad de la tía del presunto asesino, que destina tres habitaciones al alquiler. «Eso sí, es un piso 'caliente'. No me preguntes quién podía haber dentro. Cada día había alguien diferente, por lo que no sabría decir», asegura.

Las broncas eran continuas entre esta pareja y algunos vecinos habrían sido testigos de situaciones extremas. La mujer, tras una de estas discusiones, había intentado lanzarse por la ventana en una ocasión. Ahora, en esta comunidad, tal y como reza el cartel colgado por uno de los residentes en el portal de esta pequeña calle del distrito de Usera, «hay luto, pena y rabia» por este nuevo caso de violencia de género, el cuarto de la Comunidad de Madrid –tras desestimarse el de Villalbilla– y el número 47 en todo el país durante este 2024, que está a unas horas de acabar. Por su parte, el número de huérfanos por estas situaciones asciende a 36, según confirma el Ministerio de Igualdad. Eso sí, los vecinos recuerdan que «no son números, son vidas», tal y como sentencia el comunicado.

Poco antes de que se produjera este crimen, otro suceso de gravedad tenía lugar en Canillejas. Sobre las 17 horas del domingo, un varón con orden de alejamiento se presentó en casa de su exmujer, en el número 9 de la calle de San Faustino. Ahí, asestó dos cuchilladas a la mujer, de 56 años, y a su pareja, un hombre de 55, alrededor de diez heridas por todo el cuerpo, las más graves en tórax, cuello y cara. El estado de este último eran tal, que tuvo que ser intubado. Ambos se encuentran ingresados en los hospitales Gregorio Marañón y Doce de Octubre, respectivamente, con pronóstico muy grave. La Policía Nacional ya ha detenido al autor de estos hechos y será ahora la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) la encargada de resolver este suceso.

Todos estos datos son sin contar el caso de Ana María Henao, la mujer desaparecida desde febrero en su piso de Madrid y cuyo exmarido, actualmente preso en Estados Unidos, será juzgado por asesinato, tal y como adelantó ABC. La pareja había residido en este país hasta el fin de su matrimonio, cuando ella se mudó a España para buscar una nueva vida.

Lo hizo en un piso que había alquilado en la calle de Francisco Silvela, 65, lugar en el que los investigadores de la Brigada de Homicidios y Desaparecidos de la UDEV Central y el FBI sitúan el escenario del crimen en la noche del 2 de febrero de 2024. Los agentes creen que la mató por asfixia y que trasladó el cadáver en su viaje de vuelta a su país en coche de alquiler desde la capital hasta Belgrado. El cuerpo de esta víctima aún no ha sido localizado.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Carmen Martínez, expresaron ayer «su más absoluta condena y rechazo ante este asesinato machista» y piden «todos los esfuerzos desde intituciones, administraciones y el conjunto de la sociedad para llegar a tiempo y evitar más muertes».

Francisco Martín pide extremar la acción de las autoridades para generar las condiciones necesarias para que las mujeres víctimas de agresiones machistas «rompan con los círculos de dependencia económica y emocional para salir de la violencia».