El puzle subterráneo para convertir la Puerta de Sol en la nueva ágora de Madrid
La futura ubicación de la estatua de Carlos III requiere de un armazón que soporte el monumento y esquive todas las infraestructuras bajo tierra
Así será el kilómetro 0 este año: sin ballena de Renfe ni las dos fuentes y con un guiño al cielo de Madrid
Madrid
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Iniciar sesiónLa primera vez que se perforaron las entrañas de la Puerta del Sol, a principios del siglo XX, fue para construir los túneles de un Metro primigenio (o como se llamaba entonces, el ferrocarril metropolitano). Otras excavaciones apuntalaron las galerías de servicios que cruzan ... la plaza y que se han expandido a lo largo de los años. A principios de este siglo, las obras de la estación de cercanías que llegaba hasta la Gran Vía colmataron el resto del sótano de Sol. Estas últimas semanas, el subsuelo ha vuelto a abrirse para culminar la enésima metamorfosis del kilómetro 0 y centro metafórico de España.
Las obras que han puesto patas arriba la Puerta del Sol empezaron en marzo de 2022. El ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida ha invertido 10,7 millones de euros en reorganizar la plaza y peatonalizarla por completo. Los trabajos que coordina el Área de Obras y Equipamientos se han paralizado en un par de ocasiones por el hallazgo de restos arqueológicos -resultaron ser objetos sin valor del siglo pasado, como gafas y sartenes- y la gran fiesta de Nochevieja, pero el mayor reto está por llegar, cambiar de sitio la estatua ecuestre de Carlos III. Una escultura de bronce y pedestal de piedra caliza que pesa 70 toneladas y se moverá unos metros más al sureste de la plaza.
Este «gran desafío técnico», según fuentes municipales, culminará en las próximas semanas. El ayuntamiento ha llamado a un experto egiptólogo, Miguel Ángel López, responsable de salvar los colosos de Amenofis III en Luxor, para tratar con el mismo mimo el pedestal centenario de la estatua; será un traslado 'a la egipcia'. La escultura se separó hace una semana del pie y ha esperado embalada mientras los operarios horadaban el subsuelo y montaban la estructura que impedirá que la plaza se venga abajo. En términos simples, es una suerte de mesa de tres patas que sostiene las 70 toneladas de Carlos III a caballo y la lámina de agua que lo rodeará. En términos técnicos, es una gruesa viga de hormigón anclada mediante tres finos pilotes de 16 metros de largo.
Un experto egiptólogo e hilo de diamante, claves para el histórico traslado del Oso y el Madroño en la Puerta del Sol
Marta R. DomingoEste será el tercer traslado de la escultura desde su instalación en 1967
Los bajos de Sol son un puzle de túneles, galerías e infraestructuras superpuestas en el tiempo. Bajo la nueva ubicación de Carlos III, enfrente de la Real Casa de Correos, hay algunas en desuso que se deben conservar, como las antiguas dependencias de Metro y restos de canalizaciones históricas. La estructura singular que se ha levantado, con esos tres pilotes de 16 metros, esquiva los huecos en todos los niveles. Uno de ellos pasa a menos de 1 metro de un ascensor de Metro y a poco menos de 2 metros de un pasillo de conexión del suburbano.
La dificultades constructivas del traslado
de la estatua de Carlos III
Nueva ubicación de
Carlos III + fuente
Sección transversal
Preciados
Montera
Infraestructuras existentes
a salvar para el traslado de
la estatua
Alcalá
Arenal
Sol
Nueva estructura de soporte
de la estatua
Mayor
Carretas
Correo
Pedestal
de soporte
Estatua + pedestal
70 toneladas
Fuente
Losa de
hormigón
armado
Losa de
hormigón
armado
Encachado
de áridos
Escala
humana
2,00 m
Viga perimetral de hormigón
1,64
Hormigón de limpieza
1,93
Pasillo Metro conexión L-1
17 metros
Pasillo Metro
conexión L-1
0,69
Estructura de micropilotes de 22 cm de
diámetro y longitud de 17 m (9 en total)
Ascensor
Metro
Fuente: Ayuntamiento de Madrid / ABC / CG. SIMÓN
La dificultades constructivas
del traslado de la estatua
de Carlos III
Nueva ubicación de
Carlos III + fuente
Preciados
Montera
Alcalá
Arenal
Sol
Mayor
Carretas
Correo
Sección transversal
Infraestructuras existentes a salvar
para el traslado de la estatua
Nueva estructura de soporte de la estatua
Estatua + pedestal
70 toneladas
Losa de hormigón
armado
Pedestal
de soporte
Fuente
Encachado
de áridos
Escala
humana
2,00 m
Viga perimetral de hormigón
1,64
Hormigón
de limpieza
1,93
Pasillo Metro
conexión L-1
17 metros
0,69
Estructura de
micropilotes de
22 cm de diámetro
y longitud de 17 m
(9 en total)
Pasillo
Metro
conexión
L-1
Ascensor
Metro
Fuente: Ayuntamiento de Madrid / ABC / CG. SIMÓN
Sobre las tres largas patas se apoya un entramado triangular de vigas, la tabla de la 'mesa', de 2 metros de profundidad, que permite unir los apoyos, repartir las cargas y conducir el peso a las profundidades de Sol. Bajo rasante queda una estructura singular capaz de aguantar las toneladas del monumento y sortear los espacios subterráneos existentes. El intrincado armazón estará oculto. En superficie, una bonita fuente lamerá el pedestal sobre el que cabalga Carlos III y que podrán admirar las 250.000 personas que cruzan a diario la plaza.
El traslado del rey apodado 'el mejor alcalde de Madrid' será el remate de la reforma. La efigie se ubicará en uno de los vértices de la plaza, enmarcando la Real Casa de Correos y sede del Gobierno autonómico como edificio principal de la Puerta del Sol. Es una «corrección geométrica» del espacio, tal y como lo imaginaron los arquitectos José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez, los ganadores en 2014 del concurso internacional para reordenar el kilómetro 0. Aunque lo pareciera, la estatua de Carlos III no ocupaba el centro porque la Puerta del Sol es asimétrica.
Una plaza con curvas
Los arquitectos se han basado en el diseño de Lucio del Valle, el ingeniero que remodeló la Puerta del Sol en el siglo XIX, para vaciarla todo lo posible. «La idea de despejar el espacio central de la plaza tiene que ver con el carácter cívico que tiene la Puerta del Sol, como el de muchas plazas europeas», explican desde el Área de Obras y Equipamientos, «son espacios eminentemente libres de elementos en su parte central lo que les confiere una gran versatilidad para múltiples eventos ciudadanos y conmemorativos».
Cuando termine la reforma, todas las líneas de Sol serán curvas. El gran banco, una línea discontinua de piedra dividida en ocho partes, paralelo a la fachada norte de la plaza; los quioscos redondeados que compondrán un racimo de pabellones de vidrio; los ascensores y el futuro acceso a la estación de Cercanías, coronados por una cubierta acristalada y ovalada. Hasta la fuente de Carlos III será un óvalo. «La forma curva de todos estos elementos permite una mayor fluidez al tránsito, y mayores niveles de seguridad al eliminar esquinas y aristas», señalan desde el área.
El pasado viernes, el ayuntamiento añadió otra pieza curvilínea. La placa del kilómetro 0, una baldosa de 1950 y custodiada desde que empezaran las obras, recuperó su lugar a los pies de la Real Casa de Correos. Con un añadido: ahora está rodeada por una rosa de los vientos y, grabados en cada extremo de los puntos cardinales, los nombres de todas las capitales de provincia y de las ciudades autónomas. Para que los visitantes «se identifiquen con Madrid como el lugar de todos», aspiran desde el consistorio.
Un poco más allá, la lámina de agua en torno a Carlos III se desbordará por el perímetro de una fuente con aires barrocos, como esas grandes fuentes históricas que enriquecen a sus monumentos. El agua caerá por un suave talud hasta un peto de granito cercano al suelo. Pero lo más llamativo será el fondo, una plancha de piedra gris oscuro moteada de puntos de distintos tamaños y luminosos. Una fuente de inspiración barroca y aspiración astronómica.
La lámina simulará el cielo estrellado y, por las noches, el agua brillará entre las fachadas castizas del corazón de la capital, que arrastra una antigua relación con el firmamento. Cuando Madrid se llamaba Mayrit, la única ciudad europea de fundación árabe, la astronomía vivió su cenit. Uno de sus grandes intelectuales, el astrónomo, astrólogo y alquimista Maslama Al-Mayriti -el apellido significa, literalmente, «el madrileño»- sembró en el siglo IX la semilla de una frase que todavía hoy resuena.
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Esa frase de cuatro palabras también pudo surgir a finales del siglo XVIII, con las reformas de Carlos III que embellecieron Madrid y la convirtieron en la villa castellana de un imperio. El dramaturgo del Siglo de Oro Luis Quiñones de Benavente la puso por escrito en los versos finales de su «Entremés, y Baile del invierno y del verano», la inscripción que lucirá en la base de la fuente estrellada.
«Pues el invierno y el verano
en Madrid solo son buenos
desde la cuna a Madrid
y desde Madrid al Cielo».
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