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Madrid es inmigrante

BAJO CIELO

Si se dan un paseo por la calle Atocha entenderán que nuestras raíces han crecido con semillas de todas partes. Hay quien todavía no se ha enterado

Colón, esa plaza que Madrid se toma en serio

Repartidores de comida a domicilio, a la espera de los pedidos de san bernardo
Alfonso J. Ussía

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La calle Atocha es un programa electoral. Desde el paseo del Prado hasta Benavente, esta calle luce todas las pieles como un anuncio de Benetton. Un restaurante de comida rápida reúne a repartidores bajo una escala jerárquica cuasi militar. Los recién llegados van ... en bici o a pie. Son paquistaníes que trabajan para los que tienen dos o tres perfiles en Glovo, y así cubren servicios veinticuatro/siete. Son los que llevan años con las idas y venidas de vuestra cena, progresando en moto o incluso en coche. Se han acostumbrado a esperar dos, tres y hasta cuatro pedidos. Por eso, al último siempre le llega la comida fría. Suelen ser españoles de primera y segunda generación que, después de miles de viajes, se aprovechan ahora de los que tienen hambre y ambiciones.

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