La juez prorroga la instrucción en busca de nuevas pruebas contra el docente de Boadilla acusado de pornografía

En su vivienda, los agentes de la Guardia Civil hallaron una docena de discos duros destruidos, taladrados y ocultos tras paredes, cuyo contenido no se puede recuperar, y otros tantos de los que todavía no se ha realizado el volcado de los datos que ocultan. Por ello, la juez que instruye el caso ha prorrogado seis meses la investigación, a la espera de conocer si en esos materiales existen nuevas pruebas contra el docente o filmaciones de otras alumnas que no sean las que aparecen en la tarjeta hallada por una vecina de Valdemorillo.

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En estas, se reconoce a siete estudiantes de 6º de Primaria, de entre 11 y 12 años, que estaban en ropa interior, cambiándose en el aula de audiovisuales, lugar empleado por A. M. como despacho, y en el que todos los años, llegado el final de curso, los alumnos realizaban como parte de la asignatura de Artes el rodaje de un corto. El año pasado se llamaba 'Asesinato en una furgoneta' y algunas de las escenas se hacían en una piscina.

A. M. es hermano del director del colegio Virgen de Europa e hijo de la fundadora y está acusado de un presunto delito de tenencia y producción de pornografía infantil. Fue apartado de sus labores como docente tras su arresto, que se produjo en el centro escolar, y se le impuso una orden de alejamiento del colegio, además de la obligación de comparecer en el juzgado. Al pasar a disposición judicial, se negó a declarar. El 5 de julio, varios docentes y el director están citados a declarar como testigos en el caso.

De hecho, son testimonios que llegan tarde. Las comparecencias estaban previstas para principios de febrero, pero tuvieron que suspenderse por la huelga de los Letrados de la Administración de Justicia, otra de las causas que ha provocado el retraso en la instrucción.

Ahora solo falta por saber qué escondía A. M. en los discos hallados en buen estado. «Previsiblemente no tendrán nada incriminatorio, excepto que haya superpuesto archivos, sin realizar antes un borrado profundo y los agentes puedan recuperarlos«, dicen fuentes cercanas al caso a este diario, tras conocer la prolongación de las actuaciones por la falta de visionados. »Pero visto cómo destruyó los otros... Todo indica que no dejaba cabos sueltos«, continúan, y explican que por ahora »no hay señales aparentes, o al menos la Guardia Civil no lo ha comunicado, de que las imágenes se divulgasen en circuitos de pornografía en internet«.

Esto limitaría la causa a las siete víctimas que aparecen en las imágenes de la tarjeta que dio origen al caso. «Las familias están desesperanzadas, es poco creíble que tras 30 años como docente y con discos taladrados tras las paredes solo sean siete las víctimas y esta fuese la primera vez que actuaba, pero la realidad es que a día de hoy solo se ha acreditado que grabó a esas siete menores», concluyen, con resignación.