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EL MENTIDERO

Partidos políticos y cenas de Navidad

Tras una, dos o tres copas, el empleado se piensa que el mundo está a sus pies cuando, en realidad, está más encima de sus hombros que nunca

Joyas, estafas y ricemakers

Un grupo de amigos durante una cena EFE
Gato Magerit

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Ya no celebramos comidas de Navidad, de empresa, de esas en las que uno se sentaba al lado del jefe de compras y te llamaba por tu nombre por primera vez. Este pasado tenía un ritual, un protocolo, unas formas que se han borrado para ... dar paso a un nuevo concepto que arrasa: la fiesta. Uno se sentaba cerca del tipo del que dependía tu futuro, pedía lo mismo que él/ella, y se pasaba la velada tratando de no meter la gamba, cosa que era un verdadero esfuerzo, casi como una prueba de acceso al estatus que añoraba. Una de las principales normas era no beber demasiado, pero ahí el plan jugaba a tu favor porque la mesa se levantaba después del pacharán o el orujo blanco y ya cada cual se perdía como quería.

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