Tomás Gómez dinamita los puentes con UPyD

Aunque reconoció estar pendiente de alcanzar pactos de gobernabilidad en varios municipios — y el margen se estrecha: el próximo sábado se constituyen los nuevos ayuntamientos—, Gómez fue de todo menos diplomático con los responsables de UPyD: le parece que ahora en la Asamblea habrá «dos partidos de derechas y dos de izquierdas».

Lo de calificar a esta formación de « marca blanca del PP » viene por la posibilidad cierta de que pacte con los populares en diez municipios madrileños, entre ellos Getafe o Leganés, históricos feudos socialistas. Algo inconcebible para Gómez, pues supone —argumentó— que UPyD «abra la puerta» a un partido que en varios municipios ha tenido ramificaciones del «caso Gürtel», para que «otros diez ayuntamientos más estén en manos del PP».

Aunque el 22-M fue una noche de perros para el PSM , Tomás Gómez obvió ayer la autocrítica durante el Comité Regional de su partido. «Me siento responsable de nuestros resultados», dijo, pero a continuación añadió que «el retroceso del PSOE ha sido general en toda España, y parece razonable que la causa también haya tenido que ser general». Uno de cada cuatro participantes en el acto tomaron la palabra, y algunos fueron muy críticos. Pero la conclusión parece ser aguantar unidos hasta las elecciones generales. Y luego, ya se verá.

El Comité Regional del PSM agrupa a más de 500 delegados de agrupaciones socialistas madrileñas, la comisión ejecutiva regional, los secretarios generales y los representantes de las Juventudes Socialistas. La de ayer era su primera reunión tras las elecciones del 22-M, y se esperaba un análisis de los desastrosos resultados en Madrid: la candidatura de Tomás Gómez ha perdido 220.000 apoyos y siete puntos porcentuales en relación con los anteriores comicios, en que el cabeza de lista era Rafael Simancas. Aquel, con algo más de un millón de votos obtenidos, tuvo que dimitir como secretario general. Gómez, con 787.000, ni se lo plantea.

En realidad, ayer tampoco se lo plantearon sus compañeros: el análisis que se hizo no fue tan agrio como cabía esperar. Y la causa, explicaron a ABC varias fuentes críticas con el actual líder, es la necesidad de permanecer unidos y no abrir guerras internas a apenas unos meses de las elecciones generales.

Es más, los críticos apuestan por la suma de todos para afrontar el nuevo desafío electoral que, saben, puede ser vital para el PSOE. Aunque algunos pensaran, y plantearan, que no había una autocrítica prudente sobre las causas de la derrota en Madrid, y aunque haya amplios grupos que apuesten por la celebración de un congreso extraordinario en el PSM, hay una realidad que les une: la próxima convocatoria electoral, demasiado cercana como para abrir frentes que debiliten aún más al PSOE.

Pero eso sí, advierten críticos como César Giner, «ninguno sumará si no se consigue integrar a todos». En este sentido, se insiste en que «excluir a la mitad de la federación porque en las primarias apoyó a Trinidad Jiménez es un error grave que hay que rectificar de inmediato».

Tomás Gómez se quejó de la campaña «dura, ruin e injusta» del PP por mostrarle en una foto riendo con Rodríguez Zapatero bajo un texto que recordaba los cinco millones de parados. Abogó por dar un giro a la izquierda: «No sólo hay que serlo; también hay que parecerlo».