Los «okupas» muerden al comercio
Comerciantes y vecinos denuncian que hay más inseguridad y ruido, y menos consumidores
Los «okupas» muerden al comercio
El número 10 de la calle Carretas, donde se ubica el «okupado» Hotel Madrid, ha dibujado una estampa en esta vía que poco o nada gusta a comerciantes y vecinos. El trasiego de gente y perros de razas peligrosas no cesa en la nueva conquista. ... Curiosos y nuevos inquilinos entran, salen y una buena parte se queda. «Están dejando entrar a muchos indigentes», apunta un vigilante de seguridad apostado en un establecimiento de moda. Algunos residentes opinan que el control de los nuevos moradores del hotel se les está yendo de las manos a los «okupas originales».
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«Desde que se han instalado en el hotel mira cómo estamos». La relojería Mafhesa permanece vacía, sin clientes. Antonio Pérez, Luis Toribio y José Luis Pérez son los dueños de este establecimiento ubicado en la galería comercial de la calle Carretas que colinda con el hotel tomado el pasado 15 de octubre.
Robos fuera y dentro
Desde hace más de 20 años regentan este negocio y, aseguran, «nunca había ido tan mal». «Ya teníamos las manifestaciones que nos perjudicaban, pero ahora, entre la crisis, la acampada de Sol y, por último, la toma del hotel estamos apañados. La gente no se mete tanto por la calle», apunta Toribio. «Es horroroso. Dan muy mala imagen. Primero Sol, ahora esto. Dicen que quieren hacerse con todos los edificios del centro», apunta una empleada de una gran cadena de moda. «El otro día se pusieron a hacer asamblea dentro de la galería comercial en hora de venta al público. Les tuve que echar. Sólo nos faltaba eso», protesta Manolo, al frente de un negocio en este pasaje.
Ya es «vox populi» que en el número 12 de esta vía, el mismo día en que los «okupas» se hicieron con el control del hotel, dos individuos entraron a robar en una vivienda. «Nos quitaron dos portátiles, una pantalla de ordenador, cámaras de fotos, 320 euros que rebuscaron por la casa, móviles y las llaves del piso», apunta aún consternada una de las afectadas. Y lo peor, que ella permanecía en la vivienda mientras se hacían con el botín.
Escuchó ruidos, pero pensaba que era su compañera de piso. «Eran las 5.15 de la madrugada. Las cámaras de la galería han grabado a los ladrones. Las imágenes las está estudiando la Policía Nacional», especificó la misma. Los asaltantes iban en vaqueros y deportivas. Tenían el pelo corto y uno de ellos llevaba una camiseta a rayas, señaló la afectada. Cuando se levantó al día siguiente la casa estaba revuelta y la puerta de la calle abierta. «Ya no es sólo el dinero, sino todo mi trabajo estaba en ese ordenador. Además, tuve que cambiar la cerradura porque se llevaron las llaves», relata.
Colchones en el tejado
Esta víctima de la «indignación capitalista» se siente «furiosa» y teme que tenga que mudarse si la situación de la «okupación» se dilata en el tiempo. «En nueve años viviendo aquí —añade esta mujer— nunca me había pasado nada así. He hablado con ellos y me han reconocido que también están robando a los que están el hotel. Al parecer han puesto seguridad en la entrada y en las azoteas para evitar incidentes, pero está claro que no controlan a la gente y no están por la labor de reconocer a los ladrones. No han querido ni ver el video de seguridad».
Otros vecinos del edificio número 12 indican que en los primeros días de la «okupación» tuvieron que recoger colchones del tejado y limpiar el cuarto de contadores. «Habían dejado mucha porquería. El otro día vino la Policía y les preguntamos que si estaría mucho tiempo así la cosa y nos contestaron que probablemente hasta las elecciones del 20-N», señalan enfadados.
El circo de Sol
«Pasen, pasen». Así recibían ayer los «indignados» a los interesados en ver las instalaciones del Hotel Madrid. Vía libre, «pero nada de fotos», señalaban. La gente, turistas incluidos, recorrían las instalaciones asombrados. Lo cierto es que le han lavado la cara. Sólo en las plantas superiores huele a orín. «No tenemos agua y especificamos en los carteles que controlen sus esfínteres, pero nada», apuntaba el que hacía de portero. Con orgullo decía: «Aspiramos todos los días las alfombras».
Mientras, en la planta primera, se desarrollaban las principales asambleas. En la que hacía de sala de suministros de bebidas se encontraban los líderes de las manifestaciones del 15-M, la del 19-J y la marcha laica. Las mismas caras que persistieron en Sol en el megapuesto de madera creado después de retirar la acampada de la plaza. «Ahora seguiremos acondicionándolo y en los próximos días empezaremos a recibir desahuciados», informaban. Paralelamente, unos jóvenes subían a una habitación lo que parecían bolsas para hacer botellón.
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