Investigan el intento de secuestro a una joven en Paracuellos

Lo que ahora relatamos ocurrió el pasado 8 de febrero. Una chica de 19 años se encontraba esperando el autobús en una parada situada en las inmediaciones de Mira Mar, una zona urbanizada de chalés, aunque una parte de ellos no ha sido aún entregada a sus propietarios. No es, por lo tanto, uno de los barrios más transitados del municipio. Era martes y pasaban de las ocho de la tarde.

La mujer esperaba tranquilamente cuando un vehículo, al parecer una furgoneta, se paró. Iban dos individuos dentro. La cogieron por la fuerza e intentaron llevársela. Pero la chica, muy asustada, sacó fuerzas sobrehumanas que ni ella pensaba que tenía. Según fuentes del caso, la víctima se liberó de sus captores a patadas.

Además, en el pueblo se comenta que la oportuna aparición de un vecino que paseaba a su pastor alemán, y que sospechó al ver lo que estaba ocurriendo, ayudó a que los captores dejaran a la chica en libertad. También hay quien apunta que la llegaron a meter en el vehículo y que recorrieron un buen tramo, hasta la glorieta que hay junto al centro comercial del pueblo, donde pudo salir corriendo. De cualquier modo, fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil indicaron que se trata de un caso de detención ilegal, que la víctima denunció y que lleva el puesto de Daganzo, al que pertenece Paracuellos del Jarama. Al estar la investigación abierta, no pudieron ofrecer más datos.

Las otras fuentes consultadas por este periódico indicaron que se busca a dos hombres, de apariencia española, uno de ellos moreno y con el pelo corto. Además, la chica está intentando dar con el hombre que presenció parte del secuestro mientras paseaba a su perro. Otro punto que habrá que esclarecer es con qué fin querían retener en contra de su voluntad a la joven.

Resulta difícil, al escuchar el escueto relato de este suceso, no echar mano de la memoria y recordar lo que ocurrió el 12 de abril de 1993 en La Moraleja (Alcobendas). Aquella jornada festiva, la joven Anabel Segura, de 22 años, salía de su casa para correr por la urbanización cuando una furgoneta blanca paró unos metros delante de ella. La calle estaba desierta. Dos hombres la apresaron y la subieron al vehículo. Su intención era retenerla y pedir un rescate. Sin embargo, acabaron por estrangularla. Aun así, dos días después, llamaban a la familia para exigirles 150 millones de pesetas (lo que hoy equivaldría a 900.000 euros) a cambio de la vida de Anabel.