El campamento de Sol hace agua

Las fuertes lluvias registradas ayer en la capital, muchas de ellas acompañadas de tormentas eléctricas, han obligado a los acampados a reestructurar su campamento a marchas forzadas. Algunos no han podido aguantar el mal trago y han optado por marcharse definitivamente a casa. «Deberíamos empezar a abandonar individualmente la plaza para dejar paso al trabajo en los barrios y en los pueblos, que es donde debe estar el Movimiento 15 M», expresó a ABC Manuel, un indignado que dice sentirse agotado por el paso de los días y la ausencia de conclusiones.

Mientras tanto, la comisión de infraestructura se ha planteado el reto de reducir el espacio que actualmente ocupa la acampada. La plaza, para satisfacción de muchos vecinos y comerciantes, ya ha ganado sitio al campamento. No obstante, la estética sigue sin ser del agrado de los viandantes. «Esto parece un tendedero lleno de ropa sucia», espetó un anciano a una indignada mientras ponía a secar su saco de dormir.

Los indignados son conscientes de que deben devolver la normalidad a la plaza y por ello han decidido fusionar algunas de las más de treinta comisiones que convivían en el campamento. Por ejemplo las de feminismo, artes, migración y legal han comenzado a compartir espacio para ocupar menos lugar. El número de tiendas de campaña también ha menguado considerablemente y ayer por la mañana había unas sesenta en pie —la mitad aproximadamente que días anteriores—.

Las condiciones de la plaza y los materiales con los que está construida facilitan que el agua discurra libremente hacia la calle Mayor y Arenal. La inclinación, como ha hecho saber en contadas ocasiones el Selur, hace que el agua —en este caso de lluvia— barra literalmente la Puerta del Sol. Varios portavoces de la comisión de información afirmaron ayer que la lluvia había destrozado gran parte de la infraestructura y que había dejado inservible numerosos enseres. «Estamos haciendo inventario de las cosas que podemos aprovechar, el tiempo está poniendo a prueba nuestra paciencia», expuso uno de los voluntarios de infraestructura.

Por otro lado, el mal tiempo también ha impedido realizar buena parte de las asambleas del domingo y del lunes. De hecho la asamblea general lleva sin realizarse los dos últimos ya que ayer se volvió a posponer por culpa de otro chaparrón. A esa misma hora, en el chat de la acampada, un grupo numeroso de «ciberindignados» pedían que se levantara de una vez el campamento.

La semana pasada, algunos dejaron claro en las asambleas que querían irse y levantar el campamento. Ahora, coincidiendo con el mal tiempo, son muchos más los que se reafirman en esta idea ante las calamitosas condiciones que les ha tocado vivir estas últimas dos noches. «Es el momento de seguir el ejemplo de otras acampadas como la de Barcelona –que aunque aún no han fijado una fecha se decidió en su asamblea general dejar de ocupar la Plaza de Cataluña por las noches– porque no tiene sentido permanecer más tiempo en Sol», afirmó Sandra, una de las indignadas que ha decidido no pasar ni una noche más a la intemperie.

Entre las comisiones sigue habiendo grupos reticentes a la reestructuración del campamento. Alimentación mantiene una postura radical en este aspecto y dice que necesita sus tres puestos actuales para poder ofrecer alimentos a todos los indignados —y a los muchos ajenos al movimiento que quieren comer gratis—. La comisión legal, sin embargo, es la más proclive al desmantelamiento de la acampada e incluso, según ha podido saber ABC, mantiene contacto permanente con la Policía. Uno de sus portavoces afirmó ayer ante la prensa: «La intención es dejar puestos informativos pero que nadie siga durmiendo aquí, así si nos echan podemos volver enseguida».