Las víctimas de «Cabeza de cerdo» temían ser asesinadas como otras chicas

«Tres mujeres rumanas fueron asesinadas por la organización antes de que yo llegara a España. Una compañera me contó que el capo descuartizó a tres chicas y las enterró en el campo, tras meter sus restos en bolsas de plástico», explicó Pepa, nombre ficticio, una la primera mujer en denunciar en el año 2000 en la comisaría de Latina los métodos de la red liderada por el acusado. Ella, citada como testigo protegida, al igual que otras dos mujeres, no acudió al juicio por estar en paradero desconocido. No obstante, el tribunal leyó las declaraciones de todas, en las que se evidenciaba que tenían miedo a ser matadas como las otras.

«Ioan se presentó una vez en nuestro piso y nos dijo que tuviésemos cuidadito porque nos podía pasar lo mismo que a las otras chicas, en alusión a las fallecidas, si no hacíamos lo que nos exigía», indicó otra. No se ha podido probar sea cierto, indicó por su parte la representante del Ministerio Fiscal, pero los crímenes eran «vox populi» entre las chicas explotadas por la red, una cuestión utilizada por la banda para atemorizar más aún a las mujeres, a las que sometían a un trato vejatorio.

La fiscal ha elevado la petición de pena a Ioan a 30 años por cinco delitos de violación, uno de ellos a una menor, otro de aborto. El juicio continuará el día 9 con las conclusiones del abogado del acusado, que ha alegado problemas oculares.