Carmen de Carlos

¿Por qué venció Ayuso?

Fue una ciudad hecha mujer que actuó sin miedo frente a un poder central que la miraba como enemiga

Isabel Ayuso es Madrid y Madrid es Ayuso. Cerca de siete millones de personas viven en la Comunidad de Madrid y muchas más, van y vienen. Todas ellas, a su manera, también son Madrid. Y Madrid, claro, es España. Con otras palabras, a su manera, ... como chulapa de Madrid que es, fue lo que dijo la noche de su victoria, la presidenta de la Comunidad que ejerce de locomotora económica de España.

Las elecciones que revalidaron el título de Ayuso, con matrícula de honor, son reflejo de eso que es Madrid. ¿Cómo explicarlo? Con lo que no es. Madrid no es una manada de idiotas que traga lo que le echen sin reaccionar. Madrid no es un pueblo que tolere la mentira permanente, el desprecio, el insulto y la humillación en silencio. Madrid no es y nunca fue, ese escenario machista, racista y homófobo que describía sin pudor una izquierda irreconocible y trasnochada.

Madrid, tampoco es lo que decía el presidente Pedro Sánchez y lo que describía Pablo Iglesias para atacar a Isabel Ayuso. Madrid, es diferente. Tan diferente que esperó paciente a alzar la voz en las urnas y no acordonar instituciones ni incendiar las calles aunque estuviera perdiendo salud, vidas, dinero, derechos y libertad por la gestión mentirosa e ineficaz de una Moncloa incapaz, sin sentimientos ni remordimientos.

A Madrid, como a todas, se la puede engañar una vez, dos y hasta tres pero no siempre. ¿Qué hizo Ayuso para reconquistar Madrid? Ser Madrid. Es decir, ser ella, con sus defectos, con su honestidad brutal y con ese modo, a la madrileña, de ir de frente y jamás resignarse.

Isabel Ayuso fue una ciudad hecha mujer que actuó sin miedo frente a un poder central que la miraba como enemiga. Fue la que se anticipó al estado de alarma y cerró colegios y centros de mayores cuando el Gobierno de Sánchez e Iglesias jaleaba a las masas para festejar en la calle aquel 8 de marzo negro. Ayuso fue la que dio la matraca, sin cesar, para hacer test a granel, la que pedía controlar la entrada de Barajas, la que defendía y regalaba mascarillas FP2 porque eran las güai para protegerse del Covid, mientras la despellejaban y acusaban de derrochar.

Ella, Isabel Ayuso, la que arrasó en las elecciones con su chaquetilla roja, también fue la que se inventó Ifema y el Hospital Zendal, ese que, con los enfermos dentro, acosaban a gritos y hasta le cortaban el suministro de oxígeno. Ayuso, en fin, es la que dio un respiro a la hostelería, le metió la tijera a los impuestos y dijo: basta, al abuso de poder de los otros. Esos que, como Pablo Iglesias, políticamente están muertos y como Pedro Sánchez, ahora sí, están perdiendo el sueño.

Por todo esto y porque Madrid tiene memoria, venció Isabel Ayuso.

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