El PP, en el inicio del curso político

Hay sobrados indicios de que estos tres ejes (frivolidad, radicalismo y deslealtad hacia España) seguirán marcando la actuación del PSOE durante el curso político que está a punto de comenzar. En cualquier caso, tras el Congreso Nacional Extraordinario que el Partido Popular celebró el pasado mes de julio, ha comenzado un nuevo tiempo en la política española. El liderazgo de nuestro presidente, Pablo Casado, está aportando la claridad y las energías necesarias para sacar cuanto antes a los españoles del hoyo económico, social y territorial donde nos quiere meter a todos el señor Sánchez. Y como en el PP tenemos muy a gala ser un partido previsible -nos gusta ofrecer confianza y no jugar con el futuro de la gente-, puedo adelantar cuáles serán las principales líneas de acción política que los populares pondremos en marcha a partir de septiembre.

En primer lugar, defenderemos la unidad de España . La situación en Cataluña se está tornando irrespirable por la suma de dos factores: la creciente radicalización de la Generalitat y la pasividad del señor Sánchez. No hay día que no amanezca con una nueva provocación, con un nuevo desmán, con un nuevo ataque a la convivencia de los catalanes y del conjunto de los españoles. Es necesario, con carácter de urgencia, poner en marcha toda una serie de medidas que fortalezcan nuestras instituciones, símbolos y espacios públicos de los ataques del señor Torra. Defenderemos sin complejos la causa de España, dado que España es la causa de la libertad, del Estado de Derecho y de la pluralidad. En frente solo tenemos al proyecto excluyente de los secesionistas.  Ya lo dijo Pablo Casado en su primera entrevista con el señor Sánchez tras ser elegido presidente del PP: «Con Cataluña no vamos a pasar ni una». Así será.

Por supuesto, estaremos muy pendientes de la situación económica . Nos ha costado mucho salir de la crisis. La creación de empleo puesta en marcha por el anterior Gobierno del PP no puede retroceder porque la situación actual, lejos de ser boyante, es que muchos españoles continúan pasándolo mal y merecen que la recuperación también llegue a sus vidas y a la de sus familias. Y lo cierto es que el acuerdo sobre la senda de déficit alcanzado entre PSOE y Podemos -saltándose el control del Senado, donde los ciudadanos han dado al PP mayoría absoluta- no anticipa nada bueno. Puentear las Cortes, que es un sistema bicameral, con el objetivo de subir impuestos y que los gastos superen los ingresos, además de degradar nuestro régimen de representación democrática, solo conduce al endeudamiento y, más pronto que tarde, al aumento del paro. En el PP emplearemos todos los mecanismos legales a nuestro alcance para evitar que a los españoles nos suban los impuestos, y lo haremos porque bajando impuestos y fomentando la consolidación fiscal y el emprendimiento es como realmente se garantiza la creación de riqueza y empleo. El otro modelo nunca ha funcionado ni en España ni en ningún otro lugar del mundo.

Garantizar la honestidad en la vida pública será el tercer eje que marcará nuestra acción política. El PP es el partido que más ha luchado contra la corrupción -Mariano Rajoy es el presidente del actual periodo democrático que ha legislado con mayor contundencia para erradicar esta lacra-. En el futuro seguiremos trabajando por esta senda. Tampoco vamos a entrar en el juego de los juicios mediáticos y de las penas de telediario. Estas estrategias populistas, lejos de fortalecer nuestra democracia, solo la debilitan y empobrecen.

En cuarto lugar, defenderemos la educación, la familia y la cultura de la vida . Somos un partido liberal; colocamos en el centro de nuestra acción política a la persona y a su libertad, con todas las consecuencias. Frente al colectivismo de la izquierda y de los nacionalistas, que siempre quieren cosificar a la gente mediante abstracciones –origen social, género, territorio…-, el Partido Popular cree en la igualdad, la libertad y la dignidad de todas las personas, también de las que todavía no han nacido. Propondremos una serie de políticas concretas que defiendan la libertad educativa y un regreso al consenso de la ley del aborto de 1985.

Por último, pero no por ello menos importante, está la cuestión del terrorismo . Las víctimas del terror etarra y yihadista son las víctimas de la lucha entre barbarie y civilización, entre totalitarismo y libertad; merecen nuestro máximo reconocimiento y respeto, lo cual implica que el relato de los terroristas -el buscar explicaciones, justificaciones y causalidades al mal que realizan, al rastro de muerte que dejan- sencillamente no puede tener cabida en una nación como la española. Queremos seguir combatiendo al terrorismo como siempre lo ha hecho el PP:  con unidad, con coordinación internacional y con el máximo apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Sobre estos ejes avanzará la acción política del PP en el próximo curso, y estoy convencido de que cada vez más ciudadanos querrán sumarse al nuevo proyecto del Partido Popular liderado por Pablo Casado.  Y no solo lo harán porque a partir de septiembre se hará aún más explícito el tremendo precio que el señor Sánchez está pagando a sus socios de extrema izquierda y secesionistas para mantenerse artificialmente en el poder. A partir de septiembre también se hará patente que el PP tiene los principios, los equipos y la experiencia que permitirán a España afrontar con éxito los retos del XXI.