El Piojo, un año como preso de alta peligrosidad en aislamiento: dos sanciones, gimnasio, puzles y muchas cartas
Jonathan Moñiz Alcaide, el butronero que protagonizó con su hermano Miguel Ángel la mayor fuga de una cárcel española, fue arrestado hace un año después de más de dos meses huido. Así es su día a díe como interno FIES en la cárcel de Teixeiro
El Piojo comparte módulo de aislamiento con el asesino de Pioz: cacheos diarios y casi sin salir de la celda
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Iniciar sesiónOcho de la mañana en la cárcel de Teixeiro (La Coruña). La mirilla de una de las cinco celdas habitadas en una galería del departamento de aislamiento se abre. El funcionario acerca la vista y ve a un joven de casi 33 años rubio, ... con el pelo un poco largo, musculoso y de no mucha estatura rígido de pie, junto al camastro. Es la hora del recuento y Jonathan Moñiz Alcaide, el butronero apodado como 'El Piojo', está listo para empezar su jornada. La celda recogida, todo dispuesto para un día más en el 'talego'.
Su comportamiento nada lleva a hacer pensar que este delincuente madrileño protagonizó junto a su hermano Miguel Ángel, 'El Negro' , la mayor (y única fuga) consumada en los últimos treinta años de la historia penitenciaria de España. Aquel 5 de diciembre se descolgaron de un ventanuco de la cárcel de Valdemoro y luego, ayudados con palos de escoba atados, saltaron dos muros de 7 metros como si de un entrenamiento de pértiga se tratara. Y lograron poner pies en polvorosa.
Hasta que a mediados de febrero Jonathan cayó en una emboscada con su coche en el barrio de Colonia Jardín (Latina). En mayo, 'El Negro' fue apresado.
'El Piojo' regresó inmediatamente a la cárcel. Primero, a Estremera ; pero rápidamente ue trasladado muy lejos, para evitar un contacto cercano con sus compinches y hermanos (muchos de ellos, también entre rejas) y demás familiares.
Está en el fichero FIES de gran peligrosidad
Está en primer grado, el más restrictivo, catalogado como preso de gran peligrosidad (artículo 91.2 del reglamento penitenciario) por su inadaptación al régimen carcelario: la razón es su precedente como expero fuguista. No tanto por mal comportamiento; de hecho, se muestra «colaborador y de trato cordial en cierto modo» , pese a que se le han impuesto dos sanciones en Teixeiro por su comportamiento, algo habitual, según fuentes penitenciarias.
Ese 'saber estar' es, sin duda, la búsqueda por su parte de pasar al segundo grado, mucho menos restrictivo y que le permitiría socializar con más presos y acceder a actividades e incluso encargarse de algún trabajo en la cárcel, como el economato o ser ordenanza. Es decir, como se encontraba en su época en Valdemoro. Esta situación se le puede revisar cada seis meses.
Pero es que, además de su clasificación de grado, Jonathan ha sido incluido en el Fichero de Interno de Especial Seguimiento 1 (FIES), que requiere una mayor vigilancia: «A nivel físico, es con quienes debemos tener más cuidado a nivel físico. Periódicamente, se les cambia de celda por su seguridad ; se les hacen mayores requisas y cacheos; hay que redactar un informe diario sobre él, sobre su comportamiento», explican fuentes penitenciarias a ABC, en referencia a esta condición del Piojo.
«Es muy selectivo en el patio»
Concretamente, el butronero ( llegó a estar investigado por el robo de 26 millones de euros en joyas y relojes de lujo en dos golpes en Madrid) se encuentra en una de las tres galerías de ese departamento de aislamiento; en una en la que, de diez celdas (nueve y una décima que sirve como almacén), de las que solo hay ocupadas la mitad ahora mismo. Tres reos catalogados con un 91.2 (entre ellos, el delincuente madrileño; uno en 92.3 (mayor conflictividad que los anteriores, y otro en el 71.1 (a la espera de que se resuelva su pase a aislamiento, periodo de decisión que no supera los 14 días).
Esto influye en varios factores. Por ejemplo, a la hora de compartir sus cuatro horas fuera de la celda al día. Puede pasarlas en el patio o en una sala de esparcimiento, donde pueden ver la televisión, jugar o hacer pesas. Solo puede hacerlo con os otros dos reos de la galerí que están en el 92.3. «Pero él es muy selectivo a la hora de salir al patio. El otro día, ni siquiera quizo disfrutarlo y pasó esas cuatro horas en la celda », explica otra fuente.
De hecho, cuando sale a la sala de entretenimiento se le puede ver con juegos de mesa, le gusta hacer puzles y, sobre todo, una de sus señas de identidad: entrenarse duro en el gimnasio. También recibe y lee muchas cartas, y hace uso diario de los cinco minutos de llamadas telefónicas que tiene, hasta diez a la semana. Eso sí, no se le conocen visitas externas en el locutorio y los vis a vis, a raíz de la llegada de Ómicron, estan suspendidos por el protocolo Covid.
Solo y en una celda de 11 metros
Jonathan Moñiz Alcaide se encuentra en una celda unipersonal, de 11 metros cuadrados. Al fondo, un murete de 1,30 metros separa la ducha y el retrete de la 'estancia' principal : una cama con una colchoneta, una especie de hornacina en la pared para sus enseres y lo que en el argot se conoce como el 'piano', un escritorio de hormigón. Y ropa, la justa.
Tras el recuento, le pasan el desayuno por la puerta. Luego, un palo para la escoba y la fregona (el cubo y el mocho los tiene dentro), para limpiar a diario la celda. Luego, normalmente por la mañana y dependiendo de las peticiones que haya de los otros presos con los que no puede coincidir, las cuatro horas en el patio o la sala de recreo. Almuerzo y cena dentro del calabozo. Siesta. Y pensar, mucho pensar.
Por ejemplo, en los odos juicios que ha tenido en este año y por los que ha pasado unos meses en otras prisiones, pues eran lejos de allí.
Juicios en Toledo y Valencia
El 14 de septiembre salió de Teixeiro hacia Picassent (Valencia) por una causa pendiente. En ese penal permaneció hasta el 25 de octubre, cuando fue llevado a la cárcel de Aranjuez para el juicio, junto a su hermano, que se llevó a cabo en la Audiencia Provincial de Toledo.
Regresó a Teixeiro el 19 de enero: «Por fin he regresado» , dijo nada más reingresar, harto de estar de prisión en prisión, pues, a su modo, la cárcel gallega es su 'hogar'.
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