Las huellas de Miguel Hernández en Madrid
El catedrático Francisco Esteve recoge los itinerarios más comunes del poeta durante sus estancias en la capital
Las huellas de Miguel Hernández en Madrid
Dieciseis veces estuvo en la capital de España el poeta Miguel Hernández. Dieciseis ocasiones que sirvieron para dejar una huella que aún perdura. Los escenarios en que se movió, las pensiones en que se alojó , las tertulias a las que asistía y hasta ... las cárceles donde estuvo preso en Madrid son recogidas por el catedrático y experto en el poeta de Orihuela Francisco Esteve , en su obra «El Madrid de Miguel Hernández», que se presenta hoy en el Ateneo de la capital .
El poeta llegó a Madrid el 2 de diciembre de 1931. Entró por la estación de Atocha , la imsma por la que salió el 25 de junio de 1941 camino al Reformatorio para Adultos de Alicante, según recoge Esteve en su obra, editada por Fragua.
Vivió en una pensión de la calle Vallehermoso , colaboró con revistas como «Cruz y Raya», «El Mono Azul» o «Revista de Occidente». Editó en Madrid «El rayo que no cesa», impreso en los talleres de la calle Viriato, 73 . Hasta las archifamosas «Nanas de la cebolla» las redacta en la prisión Provincial, en la calle de Torrijos, 65 -hoy Conde de Peñalver, 53-.
En Madrid, Miguel Hernández coincidió con Pablo Neruda, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre, María Zambrano o José Bergamín. En su recuerdo, existen en la actualidad elementos muy diversos: la estación de metro Miguel Hernández, varios centros de enseñanza, un centro cultural en Latina, una avenida junto al parque lineal de Palomeras, o un monumento en el parque del Oeste .
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