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La metamorfosis de la Castellana y Recoletos: pasos peatonales en Cibeles y Neptuno

El Ayuntamiento de Madrid diseña un proyecto de reforma para los siete kilómetros del eje plaza de Castilla-Atocha

La glorieta de Cibeles, con la Puerta de Alcalá al fondo ALBERTO FANEGO
Marta R. Domingo

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El Ayuntamiento de la capital, que dirige Manuela Carmena , trabaja ya en la transformación del eje plaza de Castilla-Atocha con la próxima legislatura en el horizonte. El paseo del Prado, Castellana y Recoletos sufrirán una metamorfosis radical con más presencia de los pasos peatonales, los ciclistas y la ampliación de aceras. Entre las novedades más destacadas figuran los cambios en las glorietas de Neptuno y Cibeles , que se podrán recorrer a pie.

Como ha informado ABC, el peatón será el gran beneficiado. En la actualidad, según el anteproyecto, los viandantes tienen dificultades para realizar un recorrido lineal por el paseo. «La acera oeste es claramente insuficiente para asimilar el flujo de peatones y visitantes de los principales museos, y los recorridos en el paseo central son casi inexistentes», indica el informe. El viandante tampoco puede acceder a las glorietas más atractivas como Neptuno o Cibeles. Así, para mejorar esta situación, se establecerá prioridad peatonal en la vías de servicio.

El planteamiento inicial es que en los carriles laterales se creen «zonas 30», aunque el Ayuntamiento aspira a crear una plataforma única en la que las calles sean residenciales y la velocidad se limite a 20 kilómetros por hora. Se pretende, también, eliminar en la medida de lo posible los aparcamientos barrera junto al buelvar, así como aumentar todas las aceras hasta un mínimo de 3 metros y que siempre quede un espacio de 1,8 metros libre de obstáculos. Asimismo, en las plazas con monumentos más representativos se crearán recorridos en diagonal para facilitar el acceso.

El cuarto objetivo es reducir las intensidades y velocidades de los coches. Con ese fin y para disuadir el uso del vehículo privado , se reducirá el número y el ancho de los carriles: hasta dos o tres por sentido de 2,75 metros de ancho en la vía central y un solo carril en las vías laterales. Para calmar el tráfico, se pondrán más pasos de cebra en los flujos que atraviesan el eje, entre otras medidas.

Uso de la bicicleta

El uso de la bicicleta a lo largo de este eje se ha incrementado desde la llegada de Bicimad, pero lo cierto es que sigue teniendo un uso marginal: en el Paseo del Prado apenas supone un 2,1% de los desplazamientos . El proyecto contempla crear pasos ciclistas en paralelo a los de los peatones en las glorietas y semáforos. También se creará una plataforma reservada para bicis en las vías laterales. Será un carril bici prolongado, aunque el objetivo final del Ayuntamiento es que la bici coexista con los coches. En cualquiera de los dos escenarios, se reservaría una zona adelantada para los ciclistas en cada semáforo.

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