El golpe de autoridad de Ignacio González

El nuevo presidente de la Comunidad de Madrid eleva sus palabras con un rotulador en la mano, sentado todavía en su despacho de vicepresidente, que a partir de ahora quedará sin utilizar. Será este fin de semana cuando aproveche para rematar la mudanza y trasladar sus cosas a las dependencias que durante nueve años ocupó Esperanza Aguirre. No faltarán las numerosas fotos con su mujer y sus tres hijas, el cartel taurino que le dedicó José María Cano con motivo de la feria de San Isidro de 2011, los guantes de boxeo de «Maravilla» Martínez, las réplicas de la dos últimas Copas de Europa que ganó el Real Madrid, y una portada enmarcada de ABC en la que aparece durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres.

González buscó esos minutos de recogimiento para prepararse para afrontar lo que después calificaría como «el día mas importante de mi vida política». Sin quitarse la chaqueta, y con las gafas puestas, también tuvo tiempo de comprobar la lista de personalidades invitadas que habían confirmado su asistencia. No faltó nadie. Sus padres, su mujer, sus hijas, sus amigos. .. Ministros, exministros, la alcaldesa de Madrid, la delegada del Gobierno, sus predecesores en el cargo y, cómo no, Esperanza Aguirre.

A ella, Ignacio González le dedicó sus primeras palabras y le dio las gracias «por todo lo que me has dado durante estos años». La mañana fue redonda puesto que su «amiga» María Dolores de Cospedal también llegó a tiempo para ocupar la silla que estaba reservada para ella en la primera fila.

Tras jurar el cargo, González se fue a comer con su familia , aunque regresó pronto al despacho. Eran las 16.00 horas y daba comienzo una tarde intensa. Tocaba formar Gobierno y recibir uno por uno a los nuevos consejeros y también a los salientes.

El primero en desfilar fue Salvador Victoria. « Salva -le dijo- quiero que estés cerca de mí . Serás el nuevo consejero de Presidencia y Justicia, pero también el portavoz del Ejecutivo». Victoria respiró, por fin, tranquilo al verse como nuevo hombre fuerte del Gobierno madrileño. Todos le daban como favorito para el puesto pero prefería no hacerse ilusiones. Antes de ser llamado, a la hora de comer, optó por marcharse a correr a la Casa de Campo para liberar tensiones. Antes de salir del despacho de González, el consejero recibió una última indicación: «Salva, te pido discreción hasta que los nombramientos se hagan públicos esta noche». Victoria obedeció, cosa que no hizo la siguiente en ser llamada.

A Regina Plañiol había que comunicarle que dejaba la Consejería de Presidencia. «No te preocupes -le dijo-, vas a seguir en el Gobierno, pero ya te diré luego dónde vas» . La exconsejera cometió el error de no guardar el secreto. Reunió a su equipo y le dijo que abandonaba la Consejería, pero que iba a aterrizar en otra. El desliz llegó a oídos del presidente, que optó por tachar su nombre y tirar de la lista.

Lo de Plañiol fue una minucia comparado con lo que ocurrió después. Mientras González seguía convocando al resto de su nuevo equipo se filtró por las redes que Fernando López-Amor era el elegido para ocupar la Consejería de Economía y Hacienda. Lo cierto es que unos días antes el presidente madrileño había conversado con el diputado nacional para conocer su predisposición para ocupar el cargo. Habló con él, pero también con otras dos personas, entre las que se encontraba Enrique Ossorio.

La filtración puso punto y final a la calma tensa que se estaba viviendo durante la tarde del pasado jueves. La mayoría de las ediciones digitales de los periódicos (a excepción de ABC) dieron oficialidad al nombramiento y no dudaron en abrir con la noticia. En la Puerta del Sol, el equipo del presidente no daba crédito a que en el perfil de López-Amor en la Wikipedia ya se recogiera su nombramiento como consejero . Para contribuir a esta locura colectiva, el PP de Hortaleza también «oficializó» su nombramiento con una breve comunicado. Pero desde Sol nadie confirmaba la noticia, lo que dio para todo tipo de bromas en las redes sociales.

Ignacio González, mientras, vivía ajeno a todo lo que estaba sucediendo fuera. Por su despacho iban pasando Lucía Figar, Javier Fernández-Lasquetty, Borja Sarasola, Ana Isabel Mariño ... Hasta que llego el turno de llamar al nuevo responsable de Economía. Entonces llegó a sus oídos lo ocurrido. Pensó en López-Amor y en lo mucho que le había insistido para que guardara silencio. «Si nos hace esto antes de llegar al Gobierno, ¿qué hará cuando esté dentro?», pensó. Con el mismo rotulador con que había tachado el nombre de Plañiol, hizo lo propio con el de Fernando López-Amor. « Menudo es el presidente. Ha tenido veinte años para aprender de la dama de hierro de la política española. Con él, quien se mueva no sale en la foto» , comentan sus asesores. Sin inmutarse, González levanto el teléfono y llamó a Enrique Ossorio para ofrecerle el cargo, que aceptó de inmediato.

Pablo Cavero fue el último en pasar por su despacho. El consejero de Infraestructuras y Transportes sumará las competencias de Vivienda a su responsabilidad. Un premio a la discreción, fidelidad y dedicación con la que ha trabajado en estos ocho meses desde que llegó al cargo. Con la noche ya cerrada, González se prestaba a salir de su despacho cuando recibió una llamada de Esperanza Aguirre. La expresidenta había seguido los acontecimientos desde su casa sin dar señales de vida, pero imaginándose todo lo que se estaría cociendo durante esas horas. «Hay que ver lo que ya mandas, Nacho» , le dijo. «No te puedes imaginar lo tranquila que estoy sabiendo que estas tu al frente de la presidencia, y lo orgullosa que me siento de haberte elegido».