Detenida la banda del Samuelillo, el lugarteniente del Goyito

En esta operación Frutal han caído cinco delincuentes, de entre 26 y 38 años, todos españoles, incluidos otros ladrones conocidos por los agentes, como los apodados Damián y Lisardo , precisan a ABC fuentes del caso. Entre todos suman al menos 44 reseñas previas. Ahora se les acusa de distintos ataques con mazas a establecimientos, como el de la madrugada del pasado 14 de enero a una tienda autorizada de Apple en la calle de Jorge Juan, 57, en pleno Barrio de Salamanca . Fue ese hecho el que dio origen a la investigación, que culminó los días 29 y 30 de abril con las detenciones.

Pero en esta ocasión, además, asestaban golpes a camiones estacionados en áreas de servicio, mientras sus conductores dormían o estaban comiendo.

En total, se les acusa de 18 hechos delictivos, se les ha incautado de tres vehículos robados que portaban matrículas falsas y que usaban en sus robos, y también se les imputa tenencia ilícita de armas, puesto que escondían tres, dos de ellas detonadora s . Se han practicado dos registros domiciliarios en la provincia de Toledo y tres más en Madrid capital.

El Grupo XXI consiguió identificar a los miembros del grupo criminal, que se dedicaban a sustraer coches de alta gama para desplazarse a sus objetivos, desde estanco a gasolineras, fracturando sus cierre con mazas . Sin embargo, su especialidad era el robo la mercancía de camiones. Se sospecha que lo hacían a la carta.

La Policía ha recuperado numerosas cajas con casi 500 altavoces inalámbricos en Toledo y otros tantos en Madrid. Uno de los encartados fue detenido precisamente cuando conducía un coche robado .

Los hechos ahora esclarecidos se cometieron en Madrid, Cuenca, Burgos y Toledo. Los sospechosos han pasado a disposición judicial.

El «Samuelillo» ya fue arrestado en enero de 2017 por liderar una banda de otras nueve personas y perpetrar 66 golpes en apenas tres meses . Entonces, entró en prisión. Ya le daban a las máquinas de tabaco de bares y gasolineras. De hecho, con aquella operación, se consiguió reducir en un 300% la sustracción de este tipo de mercancía. Sacaban unos 4.000 euros en cada asalto, llegando a cometer hasta cuatro en una noche. Su temeridad les llevaba a hacerse fotos conduciendo a 240 kilómetros por hora. También «hacían» entonces camiones de carga.