La cima de Antonio López

El pintor y escultor castellano-manchego ultima la escultura de mayor envergadura de toda su obra: medio cuerpo de mujer con más de 5 metros y medio de altura. Se instalará a finales de junio en lo que aspira a ser el eje cultural de la ciudad, La Rambla

El maestro Antonio López posa junto a «La mujer de Coslada» en el taller de fundición donde realiza los últimos retoques

Una mujer desnuda de grandes dimensiones emergerá del suelo de Coslada a finales de junio. Mirando al cielo y asomada hasta el bajo vientre contemplará desde sus más de cinco metros y medio de altura lo que promete convertirse en el eje cultural del municipio: ... La Rambla.

El padre de esta escultura colosal es el máximo exponente del realismo español, Antonio López García. Se trata de la creación de mayor envergadura que ha realizado el pintor y escultor. Aún se desconoce el nombre que recibirá este trabajo que representa una llamada a la esperanza, pero el maestro lo ha prebautizado como «La mujer de Coslada»: «Ya no son tiempos de Venus. Me gustan los nombres obvios y esta mujer ha nacido para Coslada, un emplazamiento idóneo: un sitio pequeño al lado de una gran ciudad».

La escultura, réplica del rostro de una «joven preciosa», como López la definió, descansa en Arte-6, un taller de fundición de Arganda del Rey. Hoy se desmontarán las 44 placas de poliestireno de alta densidad que la componen para generar las piezas de bronce. Los metales se trasladarán a la plaza de la Hispanidad, su destino final en el municipio cosladeño. Allí se ensamblará cada parte y se fundirán en presencia del artista, quien decidirá el tono de la pátina. «No puede ser sombría, ni excesivamente brillante, ni dorada. Tiene que estar en consonancia con la tierra y conservar el toque metafísico que la caracteriza», explicó el maestro.

Antonio López lleva trabajando en la obra más de un año. La concejalía de Cultura del Ayuntamiento se lo encargó en octubre de 2008. «Somos de las pocas ciudades del planeta que vamos a contar con una obra del pintor», manifestó Pedro San Frutos, responsable de Cultura del municipio. Antes que «La mujer de Coslada», el autor dio vida a «Día y noche», las dos gigantescas figuras de bronce, una con ojos cerrados y otra con ojos abiertos, que esculpió simulando la cabeza de su nieta Carmencita de bebé. «Día y noche» se paseó por la ciudad de Boston antes de asentarse en el interior de la estación madrileña de Atocha.

Inspiración cristiana

Antonio López quería una mujer para esta obra. El germen de la misma, según explicó, es Eva naciendo de la tierra. Al principio, pensó en crear solo la cabeza, pero según avanzó quiso otorgarle más riqueza con más cuerpo.

Para el escultor de Tomelloso no hay retos. «Lo más complicado a lo que he llegado es a hacer esta escultura a mis 74 años. A los 30 quizás no la hubiera podido realizar con tanta naturalidad», expresó. Obsesionado por crear una obra acorde a esta época, consideró que el hecho de que se incorpore a la calle «es un regalo estupendo que la vida me ha hecho». La obra permanecerá en Coslada «sine die». «Es un legado. No hemos pagado ni el 10% de su valor», señaló San Frutos. De forma modesta, Antonio respondió: «Puedo hacerla, pero no elevarla sin su ayuda».

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