Carmena y Cifuentes: deshielo político entre champiñones rellenos y ravioli de piña

El objetivo de la reunión: fijar una «hoja de ruta» hacia el deshielo de las gélidas relaciones entre las dos principales instituciones de la región, gobernadas por Ahora Madrid (Podemos) y el PP. Pese al abismo ideológico que les separa, las dos mandatarias se han conjurado por trabajar unidas para mejorar cuestiones «trascendentes» para los madrileños, como los episodios de grave contaminación o el transporte público.

«Nosotras dos estamos contentas de superar estilos de confrontación», ha expresado la alcaldesa, agarrada del brazo de Cifuentes, las dos muy cariñosas. «Nos ha cundido mucho. ha sido muy rentable la conversación y el debate, ¿no?», insistió la exjueza, que desveló sus esfuerzos por contentar a la líder regional, muy crítica por la descoordinación interinstitucional en la crisis de contaminación. «Cristina me ha dado las gracias porque ayer la mandé (sic) un whatsapp a última hora de la noche», se refirió sobre este segundo episodio de alerta, que ha obligado a reactivar el protocolo municipal de restricciones al tráfico y estacionamiento. Cifuentes se había quejado hace dos semanas porque el Ayuntamiento no informó a la Comunidad, que ahora se ha comprometido a ayudar reforzando el servicio de Metro.

«Es fundamental una colaboración entre el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, que podamos trabajar para mejorar la prestación de los servicios públicos», apuntó la presidenta regional, muy crítica con la gestión de Ahora Madrid en el Consistorio. Las dos líderes han desvelado que, entre plato y plato, han apuntado una veintena de temas en sus libretas sobre los que estudiar soluciones conjuntas, como la Cañada Real, la promoción de la marca turística Madrid o el Consorcio de Transportes .

Cifuentes y Carmena han desvelado que el menú, de 15 euros, ha sido abonado «a escote» por los dos equipos . La alcladesa, más frugal, optó por una ensalada y el postre, ravioles de piña. La presidenta regional pidió champiñones rellenos de jamón gratinados, que dio a probar a la regidora. De segundo, ragout, y de postre, el mismo que Carmena. Algo de vino para las dos.

La cálida estampa no ha pasado desapercibida para los ciudadanos que retrataban a la pareja, algunos sin saber exactamente el por qué de tanta expectación.