El buscador de almas
En esta muestra dedicada a Juan de Ávalos, uno de los más grandes escultores monumentales de España, nos encontramos ante una vida entera dedicada al arte de esculpir. En ella el visitante encontrará un conjunto muy representativo del trabajo del que ha sido uno de ... los artistas más importantes de nuestro país.
En realidad, se trata de una pequeña muestra en relación a su ingente obra, pero es suficiente para revelarnos en toda su intensidad la capacidad que éste tenía de extraer el alma que hay dentro de la piedra, del mármol, del bronce y hasta de la madera, materiales con los que empezó a trabajar siendo apenas un adolescente.
La exposición, que se puede visitar por las tardes en la Sala de Exposiciones del Espacio Cultural Mira de Pozuelo de Alarcón hasta el 9 de abril, pretende contribuir a ampliar el conocimiento de la obra de Ávalos, quizás no tan reconocido como debiera. En primer lugar, y tal y como explica en el catálogo el alcalde del municipio, Gonzalo Aguado, por su entrega. Porque Juan de Ávalos estuvo dedicado al arte de esculpir desde que era un niño, hasta que falleció, a los 94 años de edad, inmerso en su trabajo.
Vida dedicada a esculpir
Tuvo que dejar la escuela porque nadie creía que aquellos extraordinarios dibujos los pudiera hacer un niño, hasta que la muerte le sorprendió en 2006 cuando estaba terminando un monumento para el municipio madrileño de Colmenar de Oreja.
Su obra más emblemática, el conjunto escultórico monumental del Valle de los Caídos, le etiquetó políticamente, ignorando que Juan de Ávalos se había hecho miembro del Partido Socialista Obrero Español durante la República y que durante la Guerra Civil estuvo a punto de ser fusilado por las tropas del bando nacional.
Muchos autoproclamados demócratas le depuraron, pasando por alto que los funcionarios de Franco ya lo habían hecho antes, como puede comprobarse en el BOE del 27 de julio de 1942, en el que se le inhabilita para conseguir cargos públicos. Aquella disposición obligó a Juan de Ávalos a dejar España por unos años, en busca de mejores proyectos profesionales, pero en 1950 volvió y ganó el concurso para hacer las estatuas de Cuelgamuros, a cuya inauguración ni siquiera fue invitado.
Para montar esta exposición se ha contado con la ayuda de Tomás Martín, quien fuera su infatigable ayudante personal durante años, como también lo fuera su padre en las obras de Cuelgamuros.
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