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Bronca electoral en el debate de la región en la Asamblea

La tensión política enciende los discursos, donde Cs y PP chocaron y los populares apuntaron al Gobierno central del «doctor Sánchez»

Ángel Garrido, durante su intervención en el debate del estado de la región DE SAN BERNARDO
Sara Medialdea

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La bronca política se adueñó de la última jornada del debate sobre el estado de la región. Nada extraño, cuando estamos a menos de nueve meses de unas elecciones y la mitad de los partidos no tienen claro quiénes serán sus cabezas de lista; una circunstancia que tensa aún más el panorama y obliga a hacer discursos que «gusten» a los votantes pero también al partido. Los cruces de acusaciones, las referencias al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y las frases hirientes o poco acertadas abundaron en el hemiciclo de Vallecas.

Comenzó a «disparar» Ignacio Aguado , portavoz de Ciudadanos, a quien escuchaba desde la tribuna su compañera de filas y previsible candidata a la Alcaldía de Madrid, Begoña Villacís . Apenas llevaba un par de minutos hablando cuando soltó la bomba: «A la política no se viene a gastarse el dinero público en prostitutos y cocaína», dijo, en referencia al juicio de los ERE de Andalucía.

El enfado fue monumental en las filas socialistas, desde donde se escucharon incluso gritos de «¡bocazas!» . Una vez calmados los ánimos, Aguado prosiguió con un discurso que en ocasiones casi parecía de investidura, y en el que se presentó como la alternativa a los viejos partidos.

Los 17 votos de Cs

Hizo, por ejemplo, un repaso a todo lo que se había conseguido gracias o con el apoyo de sus 17 votos en la Asamblea, arrogándose medidas como bajadas de tasas de universidades o escuelas, incrementos presupuestarios o deducciones fiscales aprobadas. Tanto abarcó que el presidente regional, Ángel Garrido, le contestaba después: «Creo que aunque sea por equivocación alguna ‘cosita’ hemos hecho nosotros», y le aconsejó traer el traje «bien almidonado porque el peso –de las medallas– le va a arrastrar».

Aguado hizo un dibujo de la situación política en Madrid tras 23 años de gobiernos del PP: «Llevan ese tiempo montados en el mismo coche, un Renault 5, pero ya no nos sirve».

El presidente Garrido aprovechó su turno de respuesta para embromar al líder de la formación naranja: «No le veo feliz, creo que no ha asumido su identidad política. Se la aclararé: usted es socialista ». Le aceptó su exigencia de la gratuidad de la enseñanza infantil de 0 a 3 años en escuelas públicas: «Si usted nos plantea una propuesta de 35 millones de euros –lo que calcula Cs que costará–, queda aceptada».

Lorena Ruiz-Huerta , la portavoz de Podemos, no contó con la presencia de algún representante significativo de su partido en la tribuna mientras intervenía: ni el futuro candidato Íñigo Errejón ni el ex JEMAD Julio Rodríguez acudieron en su apoyo. Ella atacó lo que considera fomento de actitudes xenófobas por parte del presidente nacional del PP, Pablo Ca sado, en relación a la llegada de inmigrantes; y en el caso de Madrid, las críticas a la proliferación de manteros: «Buscan votos entre el electorado más cavernícola», advirtió al PP. «A su partido le huelen mucho los pies a franquismo», concluyó.

Hueso de aceituna

Criticó las políticas fiscales de los populares madrileños, que son «rebajas indiscriminadas de impuestos «que sólo benefician, entiende, «a las rentas más altas, los ricos». Y se mofó del secretario general de los populares, Teodoro García Egea, «campeón en escupir huesos de aceituna». «Mejor aceitunas que escupir mentiras y falsedades», le respondió Garrido.

El presidente regional le recomendó que «se ocupe de los dictadores vivos, como los de Cuba y Venezuela ; hagan ustedes algo, en vez de apoyarlos». Respecto a que las bajadas de impuestos aprobadas sólo afecten a los ricos, Garrido ironizó: «Es una buena noticia para Pablo Iglesias». En su resumen, indicó que «el problema son ustedes, señores de Podemos: hasta Carmena no quiere saber nada y prefiere presentarse con agrupación de partidos, grupo de amigos o contubernio, lo que sea».

Ángel Gabilondo , portavoz del PSOE, fue muy crítico con las políticas de Garrido y su Gobierno, ya que confunde «la estabilidad con el estancamiento, y el realismo con la resignación». También censuró que confunda «la libertad con la actuación sin miramientos de quien más poder y recursos tenga».

Garrido: «El problema son ustedes, señores de Podemos: hasta Carmena no quiere saber nada y prefiere presentarse con agrupación de partidos»

A su juicio, el PP tiene una «cultura política de apropiación del poder», algo que Garrido rebatió aludiendo a «las purgas en RTVE , un ejercicio estalinista como no se recuerda otro aquí desde hace 40 años, desde que se enterró al dictador ese».

También criticó Gabilondo la fiscalidad del PP, que calificó como «ideológicamente extremista». Y respecto a las anunciadas reformas integrales de los hospitales madrileños, le parecen «fantasiosas inversiones para un futuro que no tiene».

Por su parte, el portavoz popular, Enrique Ossorio, afirmó que «la principal debilidad y riesgo que veo en la Comunidad de Madrid ahora es que desde hace tres meses tenemos al PSOE del doctor Sánchez gobernando en España».

La «beca black»

Ángel Garrido fue muy afilado en su crítica al Gobierno de Pedro Sánchez, al señalar que «tienen un macroproyecto, el Valle de los Caídos, y otro en Moncloa, donde van cayendo uno tras otro : en cien días, dos ministros y una directora general».

Fue también contundente contra Íñigo Errejón, futuro candidato de Podemos a la Comunidad, a quien le recordó su «beca black», y con el Gobierno municipal de Manuela Carmena , señalando que «la ciudad de Madrid lastra el crecimiento de empleo en la región».

Ciudadanos también tuvo su ración de jarabe de palo por parte del presidente regional: «En Andalucía llevan con el PSOE un noviazgo de tres años, y ahora se pelean, pero en el fondo es como Pimpinela , que reñían en la canción pero en la realidad eran hermanos».

Anunció que le «tendrían enfrente» en el Gobierno de Sánchez porque «no vamos a consentir que arruine» las políticas fiscales planteadas en Madrid. Y terminó el debate convocando «a todos », partidos políticos, agentes sociales y sector empresarial, para «atraer empleo e inversión, para que el talento de los jóvenes no acabe lejos» y en definitiva, para «construir el Madrid del siglo XXI».

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