Broadway en el «Kilómetro 0»

Sin butacas, pero convertido en el mejor coliseo posible, Broadway se trasladó hasta el «Kilómetro 0», llenando el centro de Madrid de música, baile, ilusión y magia. Los asistentes levantaron sus teléfonos en el momento en el que los seis actores que encarnan a Billy Elliot en el Nuevo Teatro Alcalá hicieron su aparición estelar. Eran las doce de la mañana. En Madrid, entonces, al igual que en la historia inglesa, no se trabajó en la mina ni se practicó el boxeo. Se bailó, con determinación, ballet y, sobre todo, caló el mejor mensaje de un musical basado en la película de Lee Hall con acordes de Elton John . «Ser diferente es lo más habitual. Defender la libertad. El mundo es triste si todo es gris. Canta, baila, sé lo que quieras ser y sé feliz», corearon los pequeños artistas subidos al cuadrilátero, en el que representaron su lucha interna entre el deber (complacer a su padre) y la pasión (la danza).

«¿Ya se acaba?», le dijo Marta, de 11 años, a su madre. «No, falta todavía faltan tres más», contestó Patricia. Ella y su marido fueron con sus tres hijos a ver las representaciones. «A los pequeños les encanta la música y el teatro , pero no podemos llevarlos a todos los espectáculos. Somos cinco, y sería dejarnos más de 200 euros en cada función», argumentó Javier, el padre: «Por eso hemos decidido que el mejor plan, a pesar del frío, era pasar la mañana aquí y poder ver sus caras de ilusión».

Al tiempo que los actores de Billy Elliot, encabezados por la gran Natalia Millán en el papel de la señorita Wilkinson, descendían las escaleras, entre bambalinas, las peluqueras de Anastasia daban los últimos retoques a Ania, la protagonista, papel interpretado por Jana Gómez. El elenco del «mejor musical», según los premios de Teatro de esta modalidad, actuó a las 13 horas. En ese momento, Madrid se convirtió en el San Petersburgo de 1907 . Ania, sin saber quién es a causa de su pérdida de memoria, solo tiene en su poder una caja de música que le regaló su abuela, la emperatriz María Fedorovna antes de viajar a la ciudad de la Torre Eiffel y un recuerdo: «Nos vemos en París». Los copos de nieve cayeron entonces por la gran pantalla del escenario de Sol y el silencio se hizo mientras Jara y sus compañeros narraban en forma de canciones su gran aventura entre Rusia y Francia .

«Asustaba bastante. La Puerta del Sol está llena, pero ha sido muy divertido actuar aquí y acercar el teatro a la gente. La acogida del público ha sido increíble», comentó a este diario tras el pase Íñigo Etayo , que interpreta al ratero enamorado Dimitri: «Ojalá la iniciativa se lleve a cabo más años». A sus espaldas lleva 450 funciones.

La actuación más esperada aún no había tenido lugar. Lindiwe Mkhize, en el papel de Rafiki, sorprendió a todos con su grito de guerra de El Rey León . «Vaya voz, no le hace falta el micrófono», se escuchó entre la gente. Era el turno del aclamado espectáculo de Disney, visto por más de cien millones de personas, que consiguió, en poco más de 10 minutos, unir a todos en el «ciclo vital» y en la historia de Nala y Simba , ya mayores y como reyes de la estepa africana. «Cambiar el teatro es algo emocionante porque tienes a mucho más público. Preparnos fue muy excitante y, sobre todo, cambiar las nueve funciones a la semana por el aire libre», explicó a ABC Fela Domínguez , la protagonista. «Saber que el público está aquí, esperándonos, ha valido la pena. Lo que se hizo fue un popurrí para aprovechar el poco tiempo en escena. Está hecho y aprobado por Disney, pero ha sido diferente a una representación convencional: hemos querido adaptar el musical más a las personas», continúo la actriz que interpreta a Nala: «Mucha gente piensa que el teatro es para un determinado tipo de público e, incluso, que puede llegar a ser aburrido. Yo creo que esa impresión hoy ha cambiado».

La última actuación se hizo esperar. Ya pasadas las dos del mediodía, Barber, «el mejor cirujano», dejó a todos impresionados por su voz y su aspecto de huraño. El Médico , la adaptación del libro de Noah Gordon y primer musical que se hace sobre él, no defraudó. El pequeño Rob callejeó sobre el escenario como si fuese las calles de Inglaterra o la lejana Persia. «Compren la panacea universal, compren frascos de felicidad», pidió al público Joseán Moreno, en el papel del polivalente médico. «La emoción de la novela ha conseguido traspasar a la música para que los lectores puedan experimentar las aventuras de Rob J. Cole de una manera nueva y maravillosa», dijo el escritor sobre el musical español, en cuyo proceso creativo participó activamente.

Entre las miles de personas estuvieron también el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida , y Andrea Levy , delegada de Cultura, que disfrutaron de los pases de Anastasia y El Rey León. «Hemos invitado a los musicales de Madrid a salir a la calle para que la ciudad sienta la música, la ilusión que transmiten, más aún con la magia de la Navidad, para que se pueda ver cómo Madrid es la capital del mundo de los musicales en español», dijo la concejala a los medios de comunicación sobre la iniciativa «Madrid es musical».

Mañana, a la misma hora, será el turno de 33 El Musical, La jaula de las locas y Ghost. En total, más de 200 artistas pasarán durante las dos jornadas por la Puerta del Sol.